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[tab title=”Nuestros Barcos”]
Visitando el Norwegian Spirit
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Cuando se llega al puerto bien para embarcar, bien para visitar un crucero, este es el caso, por regla general no se acostumbra a contemplar con detalle el casco sino más bien someramente puesto lo que se desea es entrar en él lo más rápidamente posible para empezar a empacharse de cuanto su interior le pueda ofrecer. En cambio, si se tiene que permanecer fuera esperando el permiso para entrar teniendo el barco enfrente como si fuera una pared, no hay excusa para no verlo con detalle. Esta fue la suerte con el crucero que hoy nos ocupa, el Norwegian Spirit, un barco estilizado, con una proa diría respingona, unas pinturas de colores muy vivos en la misma proa de estribor representando a una sirena en el mar entre dos delfines. De momento ya sabemos como es por fuera, ahora vamos a empaparnos de su interior.
Empezamos nuestra visita entrando directamente a la recepción, cubierta siete, donde una mesa redonda con un inmenso ramo de flores descansando sobre una alfombra multicolor nos da la bienvenida. Al fondo dos ascensores exteriores, silenciosos, y rápidos. Justo frente a los mismos y como si quisieran competir por cual es más utilizado, nacen dos escalinatas de acceso a las plantas superiores . Subiendo los primeros escalones hay una orquestina que ameniza las jornadas, por debajo un pequeño estanque con plantas y la figura de un delfín emergiendo del agua culmina este pequeño rincón. En uno de los lados de la recepción se sitúa The Café, un bar único en todo el barco donde exclusivamente sirven café expreso y pastelería.
Unos pequeños balcones a ambos lados de la sala que parten del piso hacia arriba y que hacen levantar la cabeza para contemplarlos, son pura decoración, resultan de lo más original y hacen picar a más de uno pensando que son cabinas.
Si deseas poder conocer el Norwegian Spirit mas a fondo aquí lo encontraras