“La felicidad tiene que ser el motor de nuestras vidas. Cuando consigas hacer algo que te haga feliz, intenta ser el mejor del mundo, que el resto ya te llegará”



Julian Iantzi, reconocido presentador de distintos formatos en muchas cadenas tanto nacionales como autonómicas, Julian Iantzi da ahora el salto a TVE con el programa que lleva capitaneando durante casi dos décadas en ETB, El Conquistador. Nueva temporada para este concurso de supervivencia, el más extremo de la televisión y en el que 33 concursantes y 3 capitanes ubicados en República Dominicana superarán diferentes retos y pruebas de riesgo para demostrar quién es el nuevo conquistador y que Julian, esta vez junto a Raquel Sánchez Silva, lidera con mano derecha y sin un ápice de piedad.
- Dónde Comer en Logroño: Descubre los Mejores Restaurantes
- Editorial Revista Feten Junio
- LE MÉRIDIEN RA BEACH HOTEL & SPA
- Entrevista a Marwán
La Entrevista Completa a Julian Iantzi
Revista Fetén: Después de 19 temporadas ininterrumpidas de éxito en ETB (televisión autonómica vasca) como conductor de El Conquistador, ahora das el salto con el mismo programa a TVE. Pero mucha gente que no conocía hasta ahora este exitoso programa también desconoce tu intensa y curtida trayectoria laboral. ¿Preparado para la que se te viene encima?
Julian Iantzi: Sí, yo ya he hecho cositas a nivel de televisión en diferentes cadenas, es verdad que ahora estoy dentro de este proyecto más potente, pero yo siempre digo que es contar mi historia delante de una cámara y me da igual para que cadena sea, yo siempre voy a intentar hacerlo bien. Voy a intentar entretener a quién esté detrás de cámara y sobre todo disfrutar de mi trabajo. No me da vértigo, siempre lo hago lo mejor que puedo. Sí que la repercusión y la prensa es mayor y cuanto más arriba estás tanto los halagos como las críticas también son más grandes, pero me da igual. Para mí lo importante es lo que diga mi entorno, el resto no me afecta.
Revista Fetén Junio
R.F.: El Conquistador es de los concursos de supervivencia más extremos y duros que han pasado por televisión y desde luego de los más exitosos, ya que casi dos décadas emitiéndose y que ahora lo compre la cadena nacional hablan por sí mismas. Para ti, que lo conoces a fondo, ¿dónde crees que radica su éxito?
J.I.: Te lo digo en 3 palabras: EN LA VERDAD. Es real. No voy a entrar a valorar si hay programas mejores o peores, pero a real nadie gana al Conquis. Estamos considerados el reality más duro del mundo. Nosotros no falseamos, no hacemos montajes, no se da de comer a los concursantes, no se les lleva a ningún hotel… Siempre decimos que es un regalo que hacemos a 36 personas para sacarlas de su zona de confort y que descubran sus límites físicos y mentales. El que viene al Conquis tiene que venir a esto, con la intención de conocer sus límites y nosotros intentaremos que los conozcan. Por eso les apretamos, tanto en las pruebas como en la supervivencia y en la convivencia. Para ser un conquistador tienes que ser fuerte de cabeza. El éxito es que es real. Todo lo que viven los concursantes durante 24 horas al día lo es. El titular de El Conquistador es: Una aventura de verdad. Y otra parte del éxito es el casting.
R.F.: Explícanos esto del casting…
J.I.: La gente que se busca y la gente que va que nadie piense que son frikis porque no lo son. Las historias que te cuentan son el motivo por el que van a entrar en el reality. El departamento de casting intenta que esta selección sea una especie de reflejo de lo que puede ser la sociedad. Entran mitad hombres mitad mujeres, gente de ciudad y de pueblos, deportistas y no deportistas… gente de todo tipo. De esa manera el telespectador se puede identificar con unos u otros.






R.F.: ¿Es más duro físicamente o mentalmente?
J.I.: Es duro físicamente pero es más duro psicológicamente. Tienen que ser fuertes de cabeza. Las habilidades físicas te pueden ayudar, cuantas más pruebas ganes menos peligro. Pero una lesión o una enfermedad y te vas para casa. Tienes que estar mentalizado para lo duro y eso es un trabajo mental. Yo he conocido gente de élite que no ha aguantado el hambre o los bichos y se han ido, y gente que no eran deportistas y han aguantado como titanes hasta la final.
R.F.: ¿Qué es lo más duro del Conquis?
J.I.: Lo más duro del Conquis no se puede reflejar en la tele. Muchas veces son las esperas, las noches… Hasta que llega la actividad y el juego, o la asamblea y el duelo. Esas esperas sin hacer nada son duras. Hay gente que se ofrece al duelo porque no aguantan la inactividad.
R.F.: Te vemos más modosito en este Conquis, aunque sigues crispando…
J.I.: A mí en El Conquistador vasco me han dado cera, pero bien. Me han llegado a decir que soy maltratador psicológico de la gente, cuando yo lo que hago es apretar porque la gente va a eso y desde luego nadie se enfada. Ahora estoy en un perfil totalmente bajo, Raquel tampoco está haciendo lo que yo hacía en el Conquis, y de repente es un clamor popular el “¿dónde está Julian?” “Ha perdido la esencia el Conquis”. “¿Qué pasa, está sedado?” La gente que me criticaba diciendo que yo estaba machacando a los concursantes, ahora salen con esto. La gente critica con demasiada facilidad y hay que ponerse en la piel del contrario antes de emitir un juicio.
R.F.: En alguna ocasión has dicho que gracias a ser camarero eres presentador de televisión. Cuéntanos un poco esto…
J.I.: No te lo vas a creer, pero cuando era chaval era híper tímido. Pero luego le he dado la vuelta. Mis padres me hicieron ver lo que es ser constante, el compromiso hacia una responsabilidad, lo que cuesta ganar el dinero. Me mandaron a trabajar de cara al público a un sitio donde además se hablaba francés, cosa que yo aún no hablaba. Tenía que superar lo del idioma y lo de mi timidez. ¡Una terapia de choque bestial! Pero ese metro de barra, al final de pasarlo muy mal, resultó bien. Me empecé a sentir cómodo con la gente. Ante la adversidad te haces más fuerte. Todos los trabajos son importantes, lo importante es ser feliz en el trabajo. La felicidad tiene que ser el motor de nuestras vidas. Cuando consigas hacer algo que te haga feliz, intenta ser el mejor del mundo, que el resto ya te llegará.



R.F.: ¿Qué motiva a la gente a apuntarse al Conquis? ¿La fama, el dinero del premio, la aventura?
J.I.: A nivel de Euskadi y entre la gente joven es un sueño porque han crecido con el Conquis. Alguno me decía que si no entras al Conquis no eres vasco (risas). En Euskadi el premio son 20.000 euros pero la gente no va por el premio, van por vivir la experiencia y para conocer un poco sus límites. Siempre decimos que lo mejor del Conquis no es el dinero, es lo que te llevas en la mochila, las experiencias vividas y las lecciones de vida. La gente quiere vivir la experiencia, sacar el animal que lleva dentro. Esto en el País Vasco que es donde lleva 19 años.
A nivel del resto de España, esta es la primera edición pero nosotros vamos con la filosofía del vasco, de apretarles física y mentalmente. El premio son 100.000 euros, con lo que imagino que alguno irá por el premio, alguno porque le gusta el mundo de la tele… pero viendo los perfiles de la gente creo que muchos van por la aventura. Yo creo que la mayoría ha ido para vivir la aventura porque ellos ya conocían el Conquis de antes. Pocos son los que no lo conocían, pero incluso los vacos creen que saben dónde van pero en realidad no lo saben porque esto es mucho más jodido de lo que ellos creen.
R.F.: Tu vida está muy ligada a ser comunicador en programas de televisión, pero también al deporte. Eres un tío que se cuida y está, como decimos en el norte, sanote. ¿Concursarías en El Conquistador?
J.I.: Hemos hecho 19 conquistadores, Patagonia, Caribe, Pacífico… y luego 3 Aconcagua. Hacer una experiencia de altura es diferente, es jodido. En el de altura te juegas la vida. Cada vez que hemos hecho un 7.000 nos hemos jugado la vida. De hecho el primer año en 17 días perdí 14 kilos, sufrí mal de altura, estuvimos a 30 grados bajo cero… Al final conseguí hacer cumbre y bajé. Pero me podía haber quedado allí de un edema pulmonar o cerebral. Yo en esos prgramas era presentador y expedicionario, con esto te respondo que SÍ.



R.F.: ¿Cuál es para ti la prueba más dura y por otro lado la que define más la esencia del programa?
J.I: Dices dureza, pero yo te pregunto a ti, ¿te dan miedo las arañas? Mucha gente, más de la que yo pensaba tiene fobia a las arañas. A una persona con fobia hacerle la prueba de las cacatas (arañas) es una putada. ¿Tienes vértigo? Hay mucha gente que lo tiene e incluso sin tenerlo hacer un salto de un trampolín de unos 15 metros al mar… Hasta que no te ves en la punta del trampolín no te das cuenta de lo que es. El tronkoala es una auténtica batalla campal: placajes, golpes… La prueba del cerdo es una prueba de asco. Te quiero decir que las pruebas del Conquis están muy bien pensadas porque son de todo tipo y para que hagan frente a las fobias, al asco… Otras son de potencia, de habilidad… es una mezcla de pruebas. El laberinto también es una prueba muy dura porque hay mucho roce y mucho contacto. Son todas muy intensas y muy jodidas. Dependiendo de lo que a ti te guste o no, el tipo de prueba varía. Las más míticas son, la del cerdo que además luego es la más criticada pero la que más espera la gente ver. El tronkoala es muy temida por los concursantes por los impactos.
San Fermín 2024: Julian Iantzi, Ana Prada y Teo Lázaro repiten en los encierros de RTVE
Del 7 al 14 de julio, el despliegue estará compuesto por más de 100 profesionales
R.F.: ¿Qué nos puedes contar de tu paso por Master Chef Celebrity? Después de ver lo que se vive en El Conquistador, no es tan fiero como lo pintan, ¿no?
J.I.: Muchas veces la gente no sabe a lo que va, yo sí sabía a dónde iba. Es un reality y te atizan. Si quieres que un reality tenga éxito te tienen que sacar de tu zona de confort. Tienes que saber dónde estás y cocinar a un nivel al que no estás acostumbrado, en unos tiempos que suelen ser cortitos y con una presión que existe y que a veces es más la que tú te impones que la que te imponen ellos. Pero yo lo disfruté como un enano porque sabía a lo que iba. Tenía a 3 personas delante que tienen no sé cuántas estrellas Michelin y si me dicen que mi plato está malo, tengo que ser humilde y reconocerlo. No puedo justificar lo injustificable. Yo disfruté y no disfruté del programa porque al poco de entrar me dijeron que a mi madre le quedaba muy poco tiempo de vida. Entré porque ella me lo pidió pero en esos momentos tienes la cabeza como la tienes. Cuando me dicen que tengo que ir a despedirme de ella salí del programa y estaré eternamente agradecido a Shine Iberia, la productora, porque no se pudieron portar mejor conmigo, me pusieron todas las facilidades del mundo y tuve las puertas abiertas. Antes de irse, mi madre me dijo (palabra de vasco): “Tú te has comprometido, tú tienes que seguir”. Así que yo continué por ella, me costó pero lo hice. Me ha quedado la cosa de no haber podido estar al 100% por las circunstancias, pero me lo pasé como un enano.



Lee aquí la entrevista completa en Formato revista a Julian Iantzi
R.F.: Te has puesto al mando de Esta casa es una mina, nuevo programa de ETB y en el que te hemos visto hasta disfrazado. No paras de trabajar y también has demostrado que eres muy versátil, ¿es difícil saber comunicar bien? ¿Te ves en un futuro haciendo otra cosa?
J.I.: ¿Sabes por qué hago lo que hago? Porque lo disfruto mucho. Me lo paso muy bien en todo lo que hago. Soy disfrutón y además me pagan (risas). Y sigo el consejo de mi padre: “Siempre respeto, porque cada uno recoge lo que siembra. E intenta hacer de todo, intenta hacer lo que otros no sean capaces de hacer”. Por eso intento ser camaleónico.
R.F.: ¿Cómo te ves dentro de 10 años?
J.I.: Pues no tengo ni idea. Yo soy un poco como los indígenas, con los que he convivido y me hicieron cambiar el chip: el pasado es lo vivido y de lo que tenemos que aprender para corregir errores. El presente, ahora mismo, hoy, ahora, se vive todos los días y se muere una vez; no como el dicho de que solo se vive una vez. Y el futuro, ya mañana porque pasado mañana igual ya no estoy aquí. Así que dentro de 10 años, jubilado pero me da que no voy a ser un jubilado pasivo porque necesito hacer cosas. La fama tiene muchas cosas malas pero una de las buenas es ayudar; me encanta que se aprovechen de mí para ayudar. Todo lo que yo vea que puedo ayudar, seguiré ayudando. Desgraciadamente hay tantos lugares que están pidiendo manos que el día que me jubile no sé desde donde pero ayudaré.