Un cúmulo de sensaciones se aúnan en este espectáculo de luces y vibrantes colores. Untaconeo incesante nos sumerge en un aparente tablao flamenco, que, como si fuera una ensoñación se convierte por instantes en un escenario de rock. Al momento, los bailarines que estaban produciendo la performance se convierten en músicos, parodiando fragmentos de piezas musicales a través de la gestualidad y el humor.
Lugar: Teatro Nuevo Apolo.
La puesta en escena y el vestuario pretenden trastocar y hacer reflexionar al público en
torno a los cambios que se están produciendo o se han producido en la sociedad. Corazas
que simulan las de gladiadores, capas rojas que bien podrían ser las de un emperador o
alusivas al color rojo del flamenco, camisetas blancas que muestran la pureza del baile y
chaquetas de cuero que son el reflejo de las nuevas tendencias.



Lo que trasmiten Los Vivancos es que en el siglo XXI todo es posible. Han logrado
sobrepasar los límites hasta el punto de convertir el flamenco en un concierto de rock, y
trasformar un taconeo en un videojuego interpretado por bailarines.
Director y Compositor Joan Martorel
Vestuario: Vanessa Puigmarti Otero
Asesoramiento Técnico: Eduardo García
Calzado de Baile: MUNICH SPORT SHOES
Grabación Orquestal: ORQUESTA SINFÓNICA DE BUDAPEST.
Escenografía: Eduardo García Llama