Por: Conchi Castañeira

Licenciada tanto en ciencias biológicas como en producción de cine, Odile Rodríguez de la Fuente ha recogido el testigo de su padre, el admirado y siempre recordado Félix Rodríguez de la Fuente, para continuar trabajando y luchando en salvaguardar su legado desde la Fundación que lleva su nombre. 

Este 14 de marzo se cumplen cuatro décadas desde que Félix Rodríguez de la Fuente nos dejó en un trágico accidente aéreo en Alaska. 

Nada mejor para seguir divulgando su trabajo y destacar la vigencia de su proyecto que hacerlo con un libro, «Félix. Un hombre en la tierra».

Un libro organizado en 10 capítulos temáticos de plena actualidad, con motivo de la emergencia climática declarada en Europa. Y que nos hará volver a despertar la conciencia medioambiental que ya en su día este gran humanista, naturalista, ecologista y comunicador hizo con millones de personas en todo el mundo. 

Actualmente Odile centra sus esfuerzos en el reto que supone para todos nosotros el cambio climático, y sigue vinculada activamente en ampliar nuestras conciencias hacia un estado de armonía para las futuras generaciones. 

Porque y en palabras de su padre, » el hombre se acabará cuando se acabe el equilibrio vital del planeta que lo soporta. El hombre debe amar y respetar la Tierra como ama y respeta a su propia madre». 

“Mi padre generó un cambio en la conciencia de toda una sociedad”

Nuevo nº Junio 2020

Entrevista Odile Rodriguez de la Fuente

Icruceros: ¿Qué ha supuesto para ti escribir un libro acerca de tu padre, «Félix. Un hombre en la tierra»? ¿Has cerrado un ciclo, necesario quizás? 

Odile Rodríguez de la Fuente:La verdad es que relativo a mi padre yo creo que es imposible cerrar ningún ciclo, porque es una  presencia que sigue viva en mi vida -valga la redundancia- de forma constante.

Creo que la sociedad actual es una sociedad con una crisis multisistémica a muchísimos niveles, con muchos retos medioambientales y con mucho ruido, tanto político como mediático. Y yo utilizo mucho a mi padre como fuente de inspiración, pues yo sentía que su voz, sus reflexiones, su sabiduría visionaria y adelantada a nuestro tiempo, podían ayudarnos a ver un poquito más claras las cosas y a poder afrontar los retos de la manera más adecuada. 

Algo necesario. Y también para reivindicar un poco la figura de mi padre más allá del acrónimo que se creó del amigo de los animales. 

Creo que su figura es muchísimo más trascendental y su pensamiento también es mucho más profundo y lo otro se queda un poco en una caricatura. 

Más que cerrar una etapa lo que siento es que he hecho algo que sentía que tenía que hacer, y me siento muy satisfecha en ese sentido.

Icr.: ¿Qué destacarías de Félix como persona y como padre?

O.R.d.l.F.: Lo que más destacaría es que fue una persona muy fiel a sí misma, y que tuvo la valentía de crear una vida a la medida de sus inquietudes y de sus necesidades. 

En lugar de adaptarse él al sistema, a las creencias, un poco lo que se esperaba de él, aprovechó lo que sabía y lo que había aprendido en su carrera, en el colegio, en su infancia. Pero a partir de un momento determinado, él emprendió su propio camino y fue haciéndolo, fue creando un camino que no existía previamente. 

Es esa valentía de realmente ser él mismo, de aspirar a vivir una vida como quería vivirla, y de ser una persona en ese sentido totalmente realizada y feliz. 

Yo creo que a través de esa realización personal, es como nos hizo vibrar a todos los demás.

Icr.: ¿Cual crees que fue el mayor logro de tu padre como naturalista?

O.R.d.l.F.:Como naturalista fue el de generar un cambio en la conciencia de toda una sociedad. Y con ese cambio de conciencia también lograr, incluso, el cambio a nivel administrativo, de leyes. 

Existía la Junta de Extinción de Animales Dañinos, y consiguió que se erradicara y que se empezaran a proteger muchas especies por las que antes se pagaba por matar.

Y logró también la protección del lobo y de muchísimos espacios que hoy tenemos protegidos. 

Es decir, fue una persona que llevó a la calle esa conservación. No se quedó solamente en su trabajo con políticos, administración y ONG, sino que llegó a la calle, a la educación y a la infancia. A que los jóvenes se pusieran manos a la obra y a que consideraran que la naturaleza es una prolongación de ellos mismos. Si dañan la naturaleza se terminan haciendo daño a sí mismos. 

“La humanidad es la culpable del deterioro ambiental y del cambio climático”

Icr.: Como bióloga, ¿cómo ves la degradación de los ecosistemas y de las especies?, ¿crees que todo es consecuencia del cambio climático o que también los seres humanos tenemos algo que ver?

O.R.d.l F.: Es al revés. Yo lo que creo es que es el impacto de los seres humanos, empezando en el neolítico -es decir hace 10.000 años- cuando empezamos a domesticar plantas y animales, y sobre  todo cuando empezamos a vernos a nosotros mismos como una especie separada de la  naturaleza. 

La naturaleza era algo a dominar, a domesticar, y era algo de lo que teníamos que extraer recursos. 

Con esa visión exacerbada por la revolución industrial, que nos da herramientas para causar un impacto mucho mayor. 

Y a partir de la revolución industrial, la explosión demográfica. 

Realmente el deterioro que hemos causado a los ecosistemas y hacia las especies es absolutamente tremendo. 

¡Pero tremendo a nivel global! El clima no es algo separado. 

Estamos muy acostumbrados, en nuestra sociedad, a tener todo como en compartimentos estancos, pero en realidad en la vida y en la naturaleza todo está absolutamente unido. 

El clima está íntimamente ligado al fenómeno vital y al equilibrio de la vida y de todos los ecosistemas en el planeta. A medida de que hemos ido deteriorando ese equilibrio, por un lado estamos haciendo que el planeta sea menos resistente al estrés que supone un cambio de temperaturas, que es un efecto directo de la emisión de gases de efecto invernadero. Tiene menos capacidad de absorber ese dióxido de carbono, de alguna manera de resistir esa fuente de estrés que supone el incremento de gases de efecto invernadero. 

Pero por otro lado, incluso el propio sistema desequilibrado contribuye a que ese cambio sea más rápido. 

En lugar de que sea la naturaleza una aliada, que es lo que siempre ha sido para mantener el equilibrio, se termina por convertir en un adversario. 

Una naturaleza desequilibrada se convierte en un adversario en la lucha contra el cambio climático. 

Nosotros, por supuesto, la humanidad es la culpable, pero sin lugar a dudas, del deterioro ambiental y del cambio climático. Y las dos cosas van de la mano y se incrementan…

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