Y SU REPRESENTACIÓN EN LA PINTURA DE SOROLLA

Por :Saskia González Volgers

Los impresionistas, tal y como ponen de manifiesto Monet, Caillebotte y Sorolla, tuvieron un gran interés por la jardinería, siendo sus jardines espacios de descanso e intimidad, además de una fuente de inspiración para muchos de sus cuadros. La representación de los jardines les ofrecía innumerables posibilidades para transmitir aspectos como la luz, los reflejos, el movimiento y la pincelada rápida. 

En la pintura de Joaquín Sorolla el paisaje siempre ha estado presente desde los comienzos, representando vistas marineras en Valencia, en el norte de España, en Castilla y León, en La Granja, en los vergeles de su casa en Madrid, así como en Granada y en Sevilla.

Nuevo Nº Marzo 2021

En sus jardines, Sorolla introdujo la arquitectura, enmarcando los jardines en un patio, donde la simetría se subraya a partir del eje de los canales. Además, otorga a la fuente un gran protagonismo por influencia del arte islámico. Muestra de ello es el Patio andaluz de la Casa Sorolla, en el que reflejó la esencia de los patios que vio y pintó en Sevilla y en Granada durante sus viajes.

De Sevilla pintó sobre todo los patios del Real Alcázar, mientras que durante su estancia en Granada se decantó por los pintorescos patios de la Alhambra, que ya habían sido fuente de inspiración para otros pintores: Fortuny, Rico, Doré, Zorn, Sargent, Casas, Rusiñol, etc. 

En armonía con la naturaleza, la arquitectura también aparece siempre en los patios de Sorolla

El color es uno de los aspectos que Sorolla puso de relieve en los cuadros que hizo de los patios de la Alhambra y del Alcázar de Sevilla. Las gradaciones cromáticas ofrecen cualidades como la suavidad de los parterres y la jugosidad de las flores y los pétalos. El blanco, el amarillo, el ocre y el rosado lo coloca en algunas arquitecturas para obtener una sensación de luminosidad, ligereza y pureza. El rosa y el rojo cobran protagonismo en las flores de su Patio Andaluz de Madrid y no tanto en las composiciones de Granada y Sevilla. Los tonos verdosos los utiliza para crear la variada vegetación y los grises para dar una sensación de homogeneidad al agua de las fuentes, a las que ubica siempre en el centro del patio andaluz para aportar simetría a la composición. 

En torno a las fuentes se suelen encontrar piletas octogonales y junto a ellas aparecen los ejes de los regulares canales, que contrastan con la suavidad e irregularidad de la vegetación, que va cambiando de estación en estación. 

El agua constituye un elemento primordial en las composiciones de los patios andaluces de Sorolla. Ubicada en fuentes, estanques o albercas, hacía de espejo para duplicar la belleza de los paisajes que veía Sorolla en Granada y Sevilla. Además, este desdoblamiento acentúa la ligereza de las construcciones. Por otro lado, el agua no solamente se presenta en reposo, sino en movimiento, creando formas y produciendo sonidos.

Se ha dicho muchas veces que el éxito de Sorolla para captar la luz y el movimiento se debía a que hacía amplio uso de fotografías, que utilizaba cuando pintaba del natural. Sin embargo, en los paisajes andaluces lo que resalta es su capacidad de convertir sus cuadros en instantáneas, pues representa los patios desde distintas perspectivas para ofrecer múltiples sensaciones de un mismo espacio. En ocasiones realiza amplias panorámicas y en otras prefiere pintar rincones y detalles de flores o fuentes. En estos cuadros de los patios de Sevilla y Granada destaca la originalidad y la variedad de los puntos de vista (picado, frontal, parcial, lateral), que ejemplifican su carácter de observador y su gusto por el detalle.

Asimismo, la introducción de la luz otorgaba ligereza a sus composiciones, además de efectos de transparencia y frescura. Además, con la luminosidad marca el lugar al que quiere que el espectador dirija la mirada y crea espacios entre la naturaleza y la arquitectura. 

En armonía con la naturaleza, la arquitectura también aparece siempre en los patios de Sorolla, creando espacios íntimos y acogedores. Ligeras columnas, arcos de medio punto peraltados y celosías son algunos de los elementos que representa el pintor valenciano, quien consigue transmitir una gran variedad de sensaciones: quietud, paz, reflexión, belleza, placer, además de su gusto por lo exótico. 

*Este artículo aparece publicado en el número de Diciembre 2020 de la revista iCruceros

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