PAN Y TEATRO

    ¿Y esto cómo se come? 

    ¿Qué relación tiene el pan con el teatro? 

    Mezclando ingredientes y dando forma a la masa largo rato con las manos, repito palabras, frases, monólogos y busco poco a poco lo que me pide el cuerpo

    Más allá de quiénes o cuántos “comemos” de esta profesión tan bella y compleja (¡completa!).

    Nuevo Nº Septiembre 2021

    Para mí tienen una relación muy directa y artesanal: como mejor estudio mis textos, es haciendo pan. 

    Muchas veces me preguntan cómo preparo un personaje, cuáles son las técnicas memorísticas, emocionales o físicas para conseguir aprenderme un texto y dar vida a un personaje (expresión que no me gusta mucho, pero de eso hablaré más adelante).

    Llama la atención, sobre todo, cómo hacemos para aprendernos tantos textos. 

    Mi respuesta siempre es la misma: “hago cosas”. Suelo entrar más en detalle, por supuesto, pero el germen es este. Hago bricolaje, cocino, limpio, ordeno, camino, horneo panes, bizcochos caseros y todo lo horneable. 

    Me pongo en movimiento. 

    Nahia entre Candilejas

    Por supuesto que hay técnica y trabajo previo, escuelas, entrenamiento actoral constante, pero en casa… ¡ay en casa! Cuando te mandan una obra o un guion y tienes que empezar a memorizar…prepara herramientas, utensilios de cocina y ropa de deporte. 

    Me facilita mucho la tarea amasar mientras repito las frases. Acompañar a cada palabra de la presión sobre la harina, sentir en mis manos la textura, el cansancio en los nudillos.

    Bien conocidos son los beneficios de los trabajos manuales: aumentan la concentración, liberan estrés, activan la creatividad, etc…

    Mezclando ingredientes y dando forma a la masa largo rato con las manos, repito palabras, frases, monólogos y busco poco a poco lo que me pide el cuerpo. Conecto con la parte más artesana de nuestra profesión y entre harinas y rodillos voy encontrando una voz, una manera de decir. Aparece aquello que no puede ser pensado. 

    Cuando el cuerpo se activa, la cabeza para; así que, aunque la memoria está a tope, sólo a través del cuerpo en movimiento y del trabajo con las manos se activan esas pulsiones de vida (¿Inspiración?) que no podríamos alcanzar con la mente consciente. 

    Ahora los panes en casa nos saben a tragedia griega, poemas o dramaturgias actuales

    Así otras veces camino, corro, salto y juego con el texto y las palabras a decirlo rápido, despacio, alto o en susurros, cansada y sudorosa o relajada y disfrutona y se encienden las bombillas que hacen posible una propuesta. 

    Después del trabajo en solitario llega el ansiado trabajo en equipo. Todo este movimiento del que os hablo no sólo fija en la mente – a través del cuerpo – las palabras escritas o te guía a una propuesta, sino que ayuda a que tu propuesta sea flexible. Cuando llega quien dirige y el resto del equipo a trabajar y pulir, ya he explorado tantas variables que puedo cambiar rápidamente de la mía a la que me pidan. 

    Y así es, señoras y señores, cómo si ven a alguien hablando en solitario por la calle pueden pensar que quizás sea una artista preparando un texto. 

    La última serie la estudié pintando y tapizando las sillas de la cocina. Una obra de teatro quedó plasmada en las manos de pintura blanca que di a las puertas de mi casa y una película en largas caminatas por el bosque. 

    Vincular el estudio al cuerpo, sacarlo de la cabeza, no sólo aporta todo esto, sino que dota a cada objeto de una historia especial.

    Ahora los panes en casa nos saben a tragedia griega, poemas o dramaturgias actuales. Las sillas de colores sobre las que nos sentamos alrededor de la mesa tienen grabadas en su pintura y en sus telas infinidad de escenas y reflexiones. 

    (Con esto respondo también a una pregunta que me suele hacer mi gente más cercana: ¿Cómo te da tiempo a todo?)

    Si la palabra “panteatro” existiera significaría “el teatro completo” o “todo el teatro” así que, ¿por qué no inventarla? 

    Yo de momento sigo amasando para estudiar, también para pensar qué os cuento aquí, inspirarme y que los “loros mentales” no ganen la batalla a lo importante: centrarse en el presente y seguir avanzando. 

    ¿Qué me decís de lo bien que huele la casa después de hornear algo rico? 

    Como veis, todo en mi día a día son ventajas. 

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