Amparo Climent

    Los directores de lupe

    Amparo Climent es una mujer fuerte, comprometida política y socialmente. Y es actriz. Y dramaturga, directora, pintora…Una artista que hace en cada momento lo que siente que es necesario hacer, sin buscar el reconocimiento ni ninguna otra razón, salvo la intuición de que cuando un tema le asalta es que hay algo que ella debe contarnos.

    Ahora acomete la dirección del documental ficcionado “Las cartas perdidas”, un recorrido por los años de la posguerra a través de cartas, documentos y testimonios de mujeres.

    Nuevo Nº Marzo 2021

    Lupe cartié : En “Las cartas perdidas” se habla del papel de las mujeres después de la guerra, especialmente las más activas políticamente…

    Amparo Climent: En realidad es un homenaje a todas las mujeres republicanas. Lo focalizamos en toda la represión que hubo en la cárcel, el exilio, los campos de concentración… Pero hay algunas cartas de mujeres que vivían en su pueblo, que no estuvieron en la cárcel. 

    Por ejemplo, la carta de una mujer de Oropesa –Toledo- que presenció cómo trataban allí a las mujeres; cómo se les rapaba el pelo y se les paseaba por todo el pueblo. Y en su carta dice que se fue a casa para que no la vieran llorar.

    Son mujeres que sufrieron de otra manera la represión, en silencio y con miedo.

    l.c.: ¿Existe alguna motivación personal y/o familiar para que te fijases en este tema, en estas historias?

    A.C.: Hago esto por conciencia social y por inquietud de conocer nuestra historia. De cómo estamos disfrutando de la democracia gracias a los que la hicieron posible, entre otros estas mujeres. 

    Siempre se ha puesto el foco en los hombres, pero se sabe muy poco de estas mujeres republicanas.

    Además, en el caso de las mujeres la represión fue doble; por ser comunistas, amigas, familiares, etcétera y por el hecho de ser mujeres.

    Icr.: ¿Por qué LAS CARTAS? ¿Es que físicamente te llegaron estas cartas y quisiste partir desde ahí este documental ficcionado? ¿Cómo fue?

    A.C.: El año pasado fue el 80 aniversario del exilio español. Yo soy presidenta de una asociación que se llama Arte y Memoria, y en este aniversario quería hacer algo a partir de la memoria. 

    Comencé a escribir un poco la crónica de esos años y con mi amiga y actriz, a la que admiro profundamente, Gloria Vega decidimos hacer juntas esta función.

    Empecé a hacer una narración del periodo desde el golpe de estado y sabía que quería contarlo desde el punto de vista de género. Y así surgió lo que fue la obra de teatro.

    Tenía el relato de mujeres que habían estado en la cárcel y de lo que habían pasado ellas y sus familias y con esto hice una narración poética. Pero luego pensé, no, debe ser a partir de las cartas que estas mujeres escribieron en la cárcel. 

    A través de archivos encontré algunas cartas, que son las que están en la función y otras son cartas escritas por mí a través de los relatos de esas mujeres.

    Icr.: Y ¿en qué momento tú piensas “no me vale con una obra de teatro”? “Esto quiero llevarlo al cine”, que supongo tiene que ver con qué pueda llegar a más gente.

    A.C.: ¡Es que la obra de teatro tuvo tan buena acogida! 

    La gente se quedaba sobrecogida. Había una emoción increíble, tanto en el patio de butacas, como entre las actrices que la hacíamos. Y al terminar la función la gente me preguntaba si había alguna grabación, para poder enseñarla a su familia. Y así surgió la idea de hacer la película.

    Icr.: ¿Cómo transformas la obra de teatro en un largometraje?

    A.C.: En la función de teatro las tres actrices hacíamos todas las cartas y cuándo surgió la película pensé coger una actriz para cada carta.  

    Ha sido fabulosa la respuesta de todas las actrices, porque a todas las que se lo he propuesto me han dicho que sí, que querían colaborar. 

    Porque no hay que olvidar que esta película no tiene financiación.

    Icr.: ¿Cómo defines tu película? ¿Es un documental ficcionado, ficción, documental?

    A.C.: Es un documental, pero tiene parte de ficción porque el texto lo interpretan actrices y porque también parte del texto es ficcionado, pero es un documental. La idea es coger toda la documentación, todos los textos y fotografías y utilizarla en la narración.

    Icr.: He visto que hay imágenes inéditas de la Guerra Civil, creo que son del archivo belga. 

    A.C.: Sí, hay un trabajo de documentación muy importante y estamos hablando con los archivos belga, ruso y mejicano.

    Icr.: Amparo, ¿cómo podemos hacer para poner en valor esta memoria y que no se olvide todo lo ocurrido, pero que tampoco sea un trasvase de odio generación tras generación? En definitiva, que podamos recordar de una manera limpia y constructiva.

    A.C.: Yo conozco muy bien a la gente que está trabajando en la memoria, y nadie busca traspasar el odio. Al contrario, se busca cerrar las heridas. Pero para cerrarlas es imprescindible sacar a todos los que aún están enterrados en las cunetas. 

    Hay que hacer justicia, no puede cerrarse sin que se dé una reparación a los asesinados y a sus familias.

    Icr.: Y ¿qué pretendes con la película? ¿Qué te gustaría provocar en los espectadores?

    A.C.: Que conozcan la realidad de lo que pasó y que conozcan el papel de las mujeres en esa parte de nuestra historia. 

    Icr.: Hemos hablado de la falta de reflejo que la mujer tiene en la historia.

    A.C.: Tenemos que reivindicarnos. Tenemos que reivindicar el hecho de que había muchas mujeres que luchaban. Eran muchas mujeres guerrilleras.

    A mí me contaban mujeres que habían estado en la cárcel, que ellas luchaban para revindicar cosas y había muchas mujeres que iban a ser fusiladas y les daban ánimo a las que estaban allí dentro. 

    La carta que lee Marisa Paredes es de una mujer que va a morir fusilada y dice: “Mujeres no lloréis. Mientras haya una mujer viva la guerra no está perdida, porque no nos podrán robar ni el color de nuestras casas ni el olor de nuestros hijos”.

    Icr.: He leído que te has inspirado en alguna imagen de “Novecento”.

    A.C.: Sí, “Novecento” es para mí muy importante. Y yo quería hacerle un guiño a Bertolucci con esa escena de todas las mujeres cantando en el campo con los caballos ahí enfurecidos. Siempre ha sido para mí una imagen muy potente e inspiradora.

    Icr.: Habéis empezado ya a rodar, ¿cómo está yendo el rodaje?

    A.C.: ¡Pues bien! Comenzamos rodando una de las cartas, la de Julia Conesa que es una carta preciosa. Es exactamente la que lee Alba flores en el cementerio.

    Hemos rodado también en el parque donde estuvo la cárcel de Ventas, en Oropesa -Toledo- y en Belchite. 

    Hemos tenido algunos pequeños inconvenientes con todo el tema de la pandemia, pero la idea es estrenarla como muy tarde en enero

    *Este artículo aparece publicado en el número de Diciembre 2020 de la revista iCruceros

    Revista iCruceros

    Otros Artículos

    spot_img