Por.Jaume Aleu
En este número de la revista os hablaré de un país que este año estará en el punto de mira, por su derrumbe económico y porque en él se celebrarán los primeros juegos olímpicos de la historia en el continente sud-americano, concretamente en la Ciudad de Rio de Janeiro.
Situado en el centro-oriental de América del Sur, con un área de 8,5 millones de kilómetros cuadrados, y la mayor parte de su territorio ubicado entre la línea del Ecuador y el Trópico de Capricornio, Brasil es, sin duda, el mayor país tropical y el quinto más grande del mundo (casi diecisiete veces mayor que España, por tener una referencia).
Son tantos y tan variados los atractivos turísticos de toda índole que atesora, que casi resulte imposible el poder describirlos sucintamente y en apenas unas líneas.
BRASIL, país rey de los carnavales y la samba
Su colorido, sus gentes, lo heterogéneo de sus ciudades, ese sabor especial de que disponen amplias zonas con la del Amazonas o El Pantanal, donde se dan cita la pasión turística con el riesgo de la aventura, sus bellas playas de fina y blanca arena, de cara al Atlántico sur, las cuales vienen a extenderse a lo largo de más de siete mil kilómetros. Todo ello sin olvidar su peculiar gastronomía, sus opulentos monumentos, su folclore y todo su ambiente, en suma alegre y festivo en ocasiones, y cálido y ciertamente sensual en otras, que rezuma en todos los rincones y bien pronto impregna al ávido visitante de esta parte del globo.
Catalogada como la mayor reserva ecológica del mundo, esta región que ocupa el 40 por ciento del territorio brasileño, afortunadamente aún conserva todos y cada uno de sus mil encantos naturales.
Visto desde lo alto, el verde oscuro de la impenetrable selva se extiende en todas direcciones, entrecortado a veces por el brillo de los cauces fluviales. El “viejo” Amazonas, escenario de leyenda y del que se dice que muchos de sus misterios aún no han sido descifrados por la civilización, da origen a una inmensidad de afluentes, la mayoría de ellos navegables. El caudal del amazonas es tan enorme que en determinadas zonas su anchura no permite vislumbrar una orilla a otra.
Toda su riqueza propicia el que se encuentren cerca de cuatro mil especies vegetales, entre ellas un millar de variedades de orquídeas, o las inmensas “Victoria Regia”, auténticos nenúfares gigantes.
La fauna, en estado completamente salvaje, es tan variada como extraordinaria son sus especies. Lógicamente, la pesca es muy abundante en todos los ríos que serpentean por entre la espesura, pudiendo hacer las delicias de cualquier buen aficionado quienes pueden capturar piezas de hasta 100 Kg de peso, tal es el caso del “pirarucu” o el “piraiba”.
En la margen izquierda del rio Negro se alza la ciudad de Manaos, capital del Estado de Amazonas, con cerca de un millón de habitantes. La ciudad y toda la región vivieron su época de mayor auge entre los años de 1890 a 1920, debido a la elevada cotización del caucho. Por aquel entonces se construyeron palacios de estilo florentino y monumentos diversos que aglutinaban tendencias francesas, bávaras, etc. La mayoría importadas de Europa, destacando entre ellos el Teatro Amazonas, que atrajo a las mejores compañías de ópera del momento…
