El pasado sábado, día 22 de junio, la revista Fetén tuvo el placer de acudir a la penúltima función de la obra de teatro Puro Frenesí que cada sábado, desde el 18 de mayo, se ha representado en los Teatros Luchana de la capital madrileña. La obra, escrita y dirigida por Paco Rodríguez y producida por Álvaro Blanco, cuenta con dos actores protagonistas de la talla de María Córdoba y Adrián Reyes. La sala, casi llena por completo a finales de junio, auguraba desde el inicio una muy buena función.
Por: Alejandra Inza



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Una voz en off nos transporta al Madrid de los años 90, al camerino de una bailarina erótica, Chonchi Star (María Córdoba), la estrella de “La pasiones”, el bar de alterne más conocido de Madrid. Al comenzar la función nos colamos en la intimidad de una llamada telefónica que Chonchi está teniendo con Pepe, su jefe, minutos antes de salir a actuar. Solo escuchamos las respuestas de ella, que logran, por su espontaneidad y excentricidad, atrapar desde el primer minuto a un público que se muestra curioso y que no puede evitar reír poco después. Ella está preocupada porque su partenaire la ha dejado tirada y Pepe ha contratado a un nuevo bailarín, Antonio (Adrián Reyes), completamente inexperimentado pero famoso en su pueblo por sus “atributos”. La timidez y el retraimiento de este contrastan con la naturalidad sin filtros de Chonchi, que trata de espabilarle lo antes posible antes de salir a bailar. Las risas se mezclan entre el diálogo de ambos y llenan los silencios.
Revista Fetén Junio
Poco después, con el cambio de luces, potenciando el color rojo, nos transportamos a su show nocturno. Los dos actores consiguen llenar por completo el escenario, causando sonrisas, miradas de admiración y, sobre todo, risas, muchas risas.
El vestuario de Chonchi va cambiando y es a través de sus vestidos de distintos colores que sentimos avanzar la obra. Con el transcurso de la acción sentimos a los personajes conectar cada vez más el uno con el otro y, al mismo tiempo, nosotros con ellos. Es inevitable, de alguna manera, la identificación de los espectadores con los personajes. Todos nos hemos podido sentir alguna vez como uno de ellos: Antonio es un joven que muy ilusionado sale de su pueblo a buscarse un futuro en Madrid; y, por su parte, Chonchi es una mujer que ha sido capaz de valorar su propio esfuerzo y que ha realizado mucha labor de autoconvencimiento de que su trabajo es completamente digno, es fuerte, valiente, libre y, sobre todo, muy buena persona, pues no duda en ayudar y escuchar a Antonio cuando lo necesita. Ambos personajes evolucionan, en especial, Antonio, gracias al cuidado y las enseñanzas de Chonchi. Es inevitable no querer a estos dos personajes al terminar la obra, no sentir ganas de darles un abrazo.



La reflexión también tiene cabida en Puro frenesí, ya que se mencionan problemáticas sociales muy relevantes del momento en el que se encontraba España como la drogadicción, la violencia machista o el problema de la falta de libertad en la que nos encontrábamos todavía tras la dictadura franquista. Las referencias a Madonna y a Almodóvar tampoco pasan desapercibidas.
En un determinado momento la voz de María Córdoba consiguió invadir cada rincón de la sala del teatro cuando Chonchi Star se puso a cantar copla en un show en solitario que parecía nacer de la pura improvisación. Chonchi no dejó de dirigirse al público, subiendo por las escaleras de las butacas del público, mirando a todos, haciéndoles sentir muy cerca, capaz de alegrar un mal día a cualquiera con su sonrisa infinita; algo que el público se lo agradeció enormemente con una ovación de aplausos.
La actuación final de ambos no logró dejar indiferente a nadie, quizá porque todos los que allí nos encontrábamos sentados sentíamos ya conocerlos y sabíamos lo que esa actuación significaba para Antonio y Chonchi Star. Por eso, y por todo lo ya presenciado, al terminar la obra nadie parecía querer dejar de aplaudir porque estos dos actores consiguieron, durante la hora y media que dura la función, llenar el escenario por completo, brillar y dejar brillar al otro. La calidez de la cercanía que aporta una sala de teatro como en la que nos encontrábamos permitió que la obra calara todavía más en el público, que salió mucho más sonriente de como entró.
Puro frenesí es una obra que supera cualquier expectativa, ya que absolutamente nada es previsible. Supera todo lo que podrías llegar a esperar porque resulta increíble pensar que puedes conectar de tal modo con una comedia que, a priori, parece ajena a tu propia realidad. Pero, al final, te das cuenta de que, como sus protagonistas, todos intentamos huir de las cosas tristes del mundo y, por ello, el lema de Chonchi es hoy más importante que nunca: “Vamos a darnos amor… porque miedo ya nos está dando el mundo”.
Aunque esta era su penúltima función, el show no termina y Chonchi Star y Antonio volverán próximamente a los escenarios como Puro Frenesí con las energías renovadas y muchas sorpresas nuevas. ¡No te lo pierdas!