Este verano, una tendencia inesperada se cuela entre sombrillas, piscinas infinitas y escapadas urbanas. El turismo de camping y montaña ha crecido un 215% respecto a 2024, según una encuesta reciente a más de 2.000 compradores online. El dato es llamativo. No solo porque sitúa este tipo de escapada como la segunda opción más elegida por los viajeros españoles (24,4%), por delante del turismo urbano (20,2%), sino porque surge en un país donde, históricamente, el ladrillo ha sido el rey: hoteles, casas rurales, apartamentos, posadas, albergues…
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Entonces… ¿qué está pasando?
El auge de lo nómada: más campers, más libertad
Uno de los fenómenos que puede estar detrás de este cambio es el boom de las autocaravanas y campers. En los últimos cinco años, ha crecido el número de personas que apuestan por esta forma de viajar con libertad, sobre ruedas, sin horarios ni check-ins. Y eso se refleja en destinos que antes no eran masivos y que hoy están llenos de furgonetas convertidas en casas móviles.
Zonas como la costa cantábrica (Galicia, Asturias, Cantabria) o el Pirineo catalán y aragonés, además de puntos concretos de Castilla y León o el interior de Andalucía, están viviendo un resurgir del turismo itinerante. También influye el hecho de que muchas rutas, hasta ahora olvidadas por los grandes flujos turísticos, han sido redescubiertas gracias a este formato.
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Pero… ¿España está preparada para ser un país campista?
La reflexión es inevitable. Porque más allá del auge, hay que preguntarse si España cuenta con infraestructuras reales para sostener una cultura de camping como la que tienen países como Francia, Alemania, Suiza o Países Bajos.
En esos países, los campings son pequeños resorts en plena naturaleza: con duchas impecables, restaurantes, piscinas, animación y parcelas con vistas al lago o a la montaña. En España, aunque hay ejemplos muy cuidados, lo cierto es que la cultura del camping siempre ha sido más minoritaria, más ligada a la nostalgia de los veranos de infancia que a una industria bien articulada.
🏨 Hoteles con sello FETÉN



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Un clásico renovado con el sello de The Luxury Collection. Elegancia histórica en el corazón de la capital.
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Hotel Santa Marta
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Château Léognan
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Brindos Lac & Château
Un remanso francés con bungalows flotantes y esencia poética, en la costa vasco-francesa.
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Joyita italiana en el Lago di Como con siete suites y vistas que cortan la respiración.
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URSO Hotel & Spa
Refugio sofisticado en pleno Chamberí con interiorismo de Antonio Obrador y esencia palaciega contemporánea.
Ver artículo¿Y el precio? El camping ya no es lo barato
Otro aspecto interesante: el precio. Durante años, el camping se percibía como la opción “low-cost” para vacaciones familiares. Hoy, si hablamos de bungalows, módulos o incluso parcelas en zonas muy demandadas, el coste no es necesariamente inferior al de un hotel rural o un apartamento turístico. Entonces, si ya no es por precio… ¿qué mueve a las personas a apostar por esta opción?
Quizá sea el contacto con la naturaleza, la búsqueda de desconexión real, la idea de unas vacaciones más “auténticas”, o simplemente el deseo de vivir una experiencia distinta, sin techos de hormigón ni pasillos de moqueta. Quizás antes podía ser el hecho de tener compañeros peludos, pero ahora que, por suerte, cada vez hay más establecimientos de todo tipo y categorías donde son bien recibidos, esto no sea lo más importante a la hora de escoger esta forma de vacacionar.



¿Qué tipo de viajero elige camping en 2025?
También es interesante observar el perfil del nuevo campista. Ya no hablamos solo de familias con niños pequeños que buscan un entorno seguro y económico, sino también de:
• Parejas jóvenes que viajan en camper buscando una experiencia libre y flexible.
• Personas solas que se integran en comunidades viajeras.
• Amantes del deporte y la naturaleza (escalada, trekking, surf, bici, etc.) que valoran el acceso directo a la actividad.
• Nuevos nómadas digitales que aprovechan el verano para moverse trabajando desde cualquier lugar.
Y ojo, porque muchos de estos viajes ya no son de quince días. Hablamos de escapadas cortas, de fines de semana, de dos o tres noches, que se repiten a lo largo del verano. El turismo también se está fragmentando.
Más que una moda, una transformación
En Revista FETÉN celebramos todas las formas de viajar. Nos encantan los hoteles con historia, las posadas con alma, los resorts que entienden la sostenibilidad. Pero también nos llama la atención que, en un país tan acostumbrado al turismo “con cama”, cada vez más personas apuesten por el colchón hinchable, la parcela con vistas o la libertad de aparcar donde te lleve el viento.
¿Será una tendencia pasajera? ¿O estamos asistiendo a un cambio real en la forma de entender las vacaciones?
Queremos leerte
Te leemos: ¿eres de camping o prefieres el ladrillo? ¿Crees que España está lista para convertirse en un destino campista de primer nivel? ¿Te lanzas este verano a probar algo diferente?