Actor de origen ruso, Daniel no solo cuenta con un físico imponente sino que a pesar de su juventud tiene a sus espaldas una gran formación actoral. Sin duda nos va a sorprender mostrándonos su faceta más primitiva en “La Huella del Mal”, película basada en la novela del mismo nombre del escritor Manuel Ríos San Martín y que se estrenará en cines en primavera del 2025
“Rodar “La Huella del Mal” ha sido una experiencia enriquecedora, que no solo me ha permitido crecer como actor, sino también como ser humano, ya que he podido empatizar y entender más profundamente las luchas internas que todos enfrentamos en diferentes momentos de la vida”
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Daniel Horvath, el actor que nos sorprenderá en ‘La Huella del Mal’
Revista Fetén: Sin desvelar mucho, para los que no hayan leído la novela, lo que vamos a ver en la gran pantalla, ¿qué ha supuesto para ti a nivel actoral dar vida a Galder, tu personaje en “La Huella del Mal”?
Daniel Horvath: Interpretar a Galder ha sido un desafío emocionante y transformador a nivel actoral. Es un personaje que va mucho más allá de lo que inicialmente podría parecer. Galder es un hombre lleno de complejidades, marcado por sus instintos más primitivos, lo que lo hace profundamente humano y, a la vez, salvaje. Darle vida me ha permitido explorar emociones muy intensas y llevar al límite lo que significa ser humano, especialmente en situaciones extremas de supervivencia.
Lo más gratificante de este proyecto ha sido compartir escenas con un equipo de talentos excepcionales. Trabajar con Blanca Suárez ha sido increíble; tiene una forma natural de transmitir emociones, aportando una intensidad única a cada escena que compartimos. Daniel Grao, con su versatilidad y profundidad, ha sido igualmente inspirador. Su compromiso con cada toma ha hecho que nuestras escenas fluyan de una manera muy orgánica.
Además, he tenido el privilegio de trabajar con actores como Cosimo Fusco, cuya presencia escénica aporta una energía especial a la película, y Víctor Palmero, que con su frescura y originalidad le da una dimensión única a su personaje. Ambos han contribuido enormemente a elevar el nivel del proyecto.
No puedo dejar de mencionar a Aria Bedmar, una actriz con un talento desbordante y una gran capacidad de conexión emocional. Su forma de interpretar añade una profundidad conmovedora a la historia, y ha sido un placer compartir escenas con ella.
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R.F.: Acabas de nombrar a Cosimo y Aria, chico y chica Fetén además…
D.H.: Sí. En conjunto, ha sido una experiencia enriquecedora trabajar con un elenco tan diverso y talentoso, donde todos hemos crecido y nos hemos desafiado mutuamente para dar lo mejor en cada escena.
R.F.: Y ¿a nivel personal?
D. H.: A nivel personal, interpretar a Galder me ha permitido adentrarme en aspectos más oscuros y profundos de la naturaleza humana, aquellos que solemos evitar o ignorar. Es un personaje que está constantemente en lucha consigo mismo, enfrentando dilemas morales y emocionales que le obligan a navegar entre el bien y el mal. Esta exploración interna ha sido, para mí, una experiencia profundamente reflexiva.
Interpretar a alguien que vive en un conflicto interno tan intenso me ha obligado a hacerme preguntas sobre los límites entre la moralidad y la supervivencia, sobre qué nos impulsa a tomar decisiones extremas cuando estamos al borde de lo primitivo. Este viaje con Galder me ha permitido entender mejor cómo el entorno y las experiencias pueden moldear a una persona, llevándola a comportarse de maneras que quizás no imaginaba.
A nivel personal, me ha hecho reflexionar sobre mis propias decisiones y emociones, sobre cómo lidiamos con nuestros instintos y hasta qué punto somos capaces de controlarlos. Ha sido una experiencia enriquecedora, que no solo me ha permitido crecer como actor, sino también como ser humano, ya que he podido empatizar y entender más profundamente las luchas internas que todos enfrentamos en diferentes momentos de la vida. Galder me ha enseñado a abrazar esas sombras que, aunque incómodas, son parte fundamental de nuestra naturaleza.
R.F.: Personalmente yo he leído el libro y charlado acerca de él con su autor, Manuel Ríos San Mar tín (Chico Fetén), y me consta que nos lleva de una manera asombrosa al mundo más primitivo, instintos incluidos y Galder es un claro ejemplo de ello. ¿Cómo has trabajado este personaje tan complejo y rico en matices?
D.H.: He trabajado a Galder desde una preparación intensa, tanto emocional como física. Pasé dos meses dedicados a un entrenamiento físico riguroso en el gimnasio, dejando de lado salir de fiesta y el alcohol para poder alcanzar la forma física que el guion exigía. Este proceso no solo fortaleció mi cuerpo, sino que también me ayudó a conectar mejor con el personaje, ya que Galder es alguien que vive en el límite de lo humano y lo primitivo.
Además, la transformación física fue posible gracias al gran trabajo del equipo de maquillaje y peluquería, liderado por Amparo Sánchez García y Ane Martínez. Lo que veréis en pantalla es un resultado espectacular, que añade un plus a la creación del personaje. También trabajé mucho en cómo se mueve Galder. Estuve viendo varios documentales de HBO sobre el hombre de Neandertal para entender mejor su anatomía y gestos, y fusioné esos conocimientos con una forma de caminar más moderna, para darle una vida presente pero con raíces primitivas.
La transformación de Daniel Horvath para interpretar a Galder
R.F.: ¿Puedes contarnos un poco cómo fue el rodaje en el Yacimiento de Atapuerca?
D.H.: Rodar en el Yacimiento de Atapuerca fue una experiencia única e inolvidable. Estar en un lugar tan cargado de historia me permitió conectar profundamente con el personaje de Galder. El entorno natural, con su energía primitiva, aportaba una autenticidad a cada escena que era palpable. Sientes que el paisaje te transporta, impulsándote a explorar esos instintos primarios que el personaje necesita.
Una de las virtudes más gratificantes de ser actor es poder visitar lugares que quizás nunca habrías llegado a conocer si no fuera por el trabajo. Este sitio, en particular, es un ejemplo perfecto de ello. La riqueza histórica y la atmósfera del yacimiento me ayudaron a sumergirme aún más en la esencia del personaje, haciendo que el proceso fuera tanto un reto profesional como una experiencia personal enriquecedora.



R.F.: Los escenarios naturales han sido fundamentales en esta película, así como lo son en el libro, y todos son impactantes. ¿Ha sido para ti un rodaje muy emocional?
D.H.: Definitivamente. Estar rodeado de esos paisajes tan salvajes y ancestrales me generaba una conexión emocional muy fuerte con mi personaje y con la historia que estábamos contando. La naturaleza es un elemento clave en esta película, y filmar en estos escenarios no solo me ayudó a entrar más en la piel de Galder, sino que también me hizo reflexionar profundamente sobre la humanidad y nuestra relación con el entorno.
Incluso algunas de las escenas más intensas, como las que grabamos bajo la lluvia, fueron completamente reales. Todo el equipo estuvo bajo la lluvia natural durante horas para conseguir la toma perfecta, lo que añade un nivel de autenticidad increíble a la película. Y ni hablar de la escena en la cascada, que fue inolvidable, no solo por la complejidad de grabarla, sino también por la dedicación de todo el equipo. Estábamos todos dentro del agua hasta el final, trabajando juntos para lograr ese plano perfecto, lo que hizo de esa escena una de las experiencias más memorables del rodaje para mi.
R.F.: Te hemos visto en películas como “Ventajas de viajar en tren” o “El frío que quema” donde das vida a Lars, un joven e implacable miembro de las SS durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Quizás también en ese personaje lo que primen son los instintos primarios como en Galder?
D.H.: Sí, aunque Lars y Galder son personajes muy diferentes, ambos comparten una conexión con los instintos primarios, pero desde ángulos opuestos. Lars actúa desde un lugar de odio, obediencia ciega y poder, mientras que Galder está más en sintonía con un conflicto interno más ligado a la supervivencia y a la esencia de la naturaleza humana.
Ambos personajes me han permitido explorar esas fuerzas internas que pueden empujar a una persona hacia la luz o hacia la oscuridad. Lo que más me encanta de interpretar personajes “malvados” o antagonistas como Galder es la oportunidad de ir más allá de lo superficial y profundizar en el origen de su maldad. Siempre me hago la misma pregunta durante la preparación: ¿qué es lo que los ha hecho comportarse de esta manera? .
En el caso de Galder, me preguntaba qué eventos o influencias le llevaron a desarrollar esa frialdad y crueldad. ¿Es simplemente obediencia ciega o algo más profundo, como el miedo o la pérdida de humanidad? Explorar esas capas de los antagonistas me permite entenderlos no solo como villanos, sino como seres humanos complejos.
Creo que, al final, la forma en que se comportan con la humanidad está ligada a traumas, frustraciones o incluso su propio instinto de supervivencia, aunque a menudo se exprese de manera destructiva. Entender el “por qué” detrás de sus acciones es lo que hace que interpretar este tipo de personajes sea tan fascinante para mí.
Daniel Grao, actor de gran trayectoria, nos habla de su nueva película «La Huella del Mal»



R.F.: ¿Crees que el animal más peligroso es el ser humano?
D.H.: Sí, creo que somos capaces de grandes actos de bondad, pero también de destructividad extrema. Lo que hace al ser humano peligroso es nuestra capacidad de razonar y, a veces, justificar acciones crueles en nombre de causas personales o colectivas. En personajes como Galder, se ve esa lucha interna entre lo humano y lo instintivo, lo que nos hace, en algunos casos, más peligrosos que cualquier otro ser.
R.F.: Sabemos que eres licenciado en economía y finanzas y que lo dejaste para estudiar arte dramático, ¿de dónde te viene la vocación actoral?
D.H.: Desde muy joven sentí una conexión especial con el arte y la interpretación, pero en ese momento no lo veía como una carrera posible. Elegí un camino más tradicional y me licencié en economía y finanzas, pensando que eso me ofrecería estabilidad. Sin embargo, a medida que avanzaba en ese ámbito, sentía que algo faltaba. Había una inquietud en mí, una necesidad de expresar emociones y de explorar distintas formas de ser a través de la actuación.
El impulso de contar historias, de interpretar diferentes vidas y transmitir emociones de manera auténtica se fue haciendo cada vez más fuerte. Lo que me atrajo del arte dramático fue precisamente la posibilidad de sumergirme en la piel de personajes muy distintos a mí y explorar facetas humanas que, de otra forma, no tendría oportunidad de conocer. Esa curiosidad por el comportamiento humano y el deseo de comunicar a través de la actuación me empujaron a tomar la decisión de cambiar de rumbo.
Decidirme por el arte dramático fue un momento crucial. No fue fácil dejar una carrera estable para adentrarme en algo tan incierto como la actuación, pero cada día que paso en este mundo confirma que fue la mejor decisión de mi vida. El arte dramático no solo me ha permitido conectar conmigo mismo, sino también con el público, creando una especie de diálogo emocional que es increíblemente gratificante. Es una vocación que siempre había estado ahí, esperando el momento adecuado para salir a la luz.



“Lo que hace al ser humano peligroso es nuestra capacidad de razonar y, a veces, justificar acciones crueles en nombre de causas personales o colectivas”
R.F.: ¿Puedes adelantarnos próximos proyectos?
D.H.: Estoy trabajando en varios proyectos emocionantes. Uno de ellos es una película que explora la fragilidad de las relaciones humanas en un contexto post-apocalíptico. También estoy involucrado en una serie que aborda temas de justicia social, lo cual es algo que siempre me ha interesado. Espero poder compartir más detalles pronto.
Además, justo mientras estamos finalizando el rodaje de “La Huella del Mal”, comenzaré con una nueva película titulada “LA TREGUA”, de la productora Plano a Plano, dirigida por Miguel Ángel Vivas. Estoy muy emocionado por este proyecto.
También participaré en “El rastre del Llop”, una producción de Mr. Miyagi Films, conocidos por “El Hoyo”, dirigida por Ángeles Hernández y escrita por Benjamin Naishtat. Para cerrar el año, estaré trabajando en la segunda temporada de “Reina Roja”, bajo la dirección de Amaya Muruzabal y Koldo Serra.
Y para principios del próximo año me embarcaré en un proyecto muy especial como productor junto al renombrado productor Jomon Thomas en una película que se rodará en Sídney, Australia, titulada “The Place to Be”. La dirigirá el cinco veces laureado en Cannes y nominado al Oscar, Kornél Mundruczó, y contará con un elenco de lujo, con la legendaria actriz Ellen Burstyn y el icónico actor y director Taika Waititi. ¡Es un proyecto que me tiene muy emocionado y que promete mucho!
Además, este proyecto representa un paso más en mi trayectoria como productor. He fundado mi propia productora en Barcelona, “La Forastera Films”, y este será uno de los primeros grandes proyectos internacionales que lideraremos desde la productora. Estoy muy ilusionado con las oportunidades que se avecinan, tanto en el ámbito de la actuación como detrás de las cámaras, y espero poder seguir desarrollando historias que conecten a nivel global.