Hay nombres que quedan atrapados en las notas a pie de página de la historia, pese a haber sido piezas clave de un cambio social profundo. Y, sin embargo, hay vidas que merecen salir del margen y ocupar, por fin, el centro del relato. La de Adriana Asti, fundadora de la revista Playmen, es una de ellas.
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Casi nadie, o muy pocos, recuerda hoy el alcance real que tuvo aquella publicación que nació en la Italia de finales de los años sesenta, un país atravesado por el conservadurismo, el catolicismo férreo y una censura que actuaba como policía moral.
Pero Playmen no fue un simple proyecto editorial: fue un terremoto cultural. Y detrás de ese terremoto había una mujer.
Adriana Asti: la editora que decidió no pedir permiso.En un tiempo en el que el sistema editorial estaba dominado por hombres, Asti hizo algo que para la época era casi impensable:
fundó una revista erótica dirigida por una mujer. Y no una revista cualquiera.
Playmen nació en 1967 en Roma, y pronto se convirtió en un fenómeno que desafiaba cada límite impuesto por la moral vigente:
– mostraba cuerpos sin recato
– defendía la libertad sexual
– publicaba reportajes, entrevistas y artículos de gran nivel
– mezclaba erotismo con cultura, política y pensamiento
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Asti entendió que la sensualidad podía, y debía, convivir con el discurso.Reivindicó una mirada femenina sobre el erotismo en un momento en el que esa combinación era casi una herejía. Y, naturalmente, llegó el choque frontal.
Una vida marcada por los tribunales y la censura
Durante décadas, Asti vivió en una especie de ring permanente. Procesos judiciales, secuestros de números, inspecciones, detenciones, multas.
Cada revista que salía a la calle era una batalla.
Cada portada era un pulso contra un Estado que no estaba preparado para la libertad que ella proponía.
Pero lo relevante no es solo lo que publicó.Lo realmente disruptivo fue que una mujer joven, firme y sin miedo, se enfrentara a jueces, policías, políticos y moralistas desde la dirección de una revista erótica.
Asti pagó un precio alto, pero abrió una puerta que jamás volvió a cerrarse.
Playmen: mucho más que una revista
Aunque popularmente comparada con la Playboy italiana, la esencia de Playmen era distinta.
Más atrevida, más política, más directa.
Entre sus páginas convivían:
– desnudos femeninos (prohibidos en Italia en la época).
– entrevistas con escritores, cineastas y figuras de la cultura.
– artículos sobre sociedad, derechos y transformaciones políticas.
– reportajes que empujaban al país hacia la modernidad.
Asti convirtió Playmen en un espejo incómodo para una Italia que quería avanzar pero temía enfrentarse a su propio conservadurismo.
La serie de Netflix: verdad, ficción y una reivindicación
Netflix aborda esta historia en “Sra. Playmen”, una serie de 7 episodios que mezcla hechos reales con licencias dramáticas.
La producción reconstruye el contexto social, moral y político de la época, y pone el foco en la figura de Adriana Asti como editora, empresaria y símbolo de resistencia.
La serie destaca:
– su visión editorial.
– su lucha contra la censura.
– su soledad frente al sistema judicial.
– su capacidad de liderazgo en un entorno hostil.
– el erotismo como provocación social y herramienta de libertad.
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Ver artículoMás allá de la recreación estética, el valor de la serie está en poner rostro y voz a una mujer que transformó la cultura italiana desde un medio impensado.
Por qué su historia importa hoy
El personaje de Adriana Asti no es un recuerdo del pasado.
Es un símbolo de lo que significa romper moldes cuando el mundo no está preparado.
Un recordatorio del poder que tiene una revista, y quien la dirige, para cambiar mentalidades.
Su legado perdura porque:
– defendió la libertad de expresión.
– cuestionó la moral dominante.
– situó a las mujeres en el centro de la conversación cultural.
– dirigió, innovó y desafió desde un terreno donde ellas no tenían lugar.
– creó un espacio editorial que aún hoy se estudia como fenómeno social.
Asti abrió un camino que muchas recorrieron después, y que hoy sigue siendo necesario recordar.
FETÉN y el eco de una pionera
Quizá por eso esta historia nos interpela especialmente.
Porque “Sra. Playmen” no es solo una serie; es un recordatorio de todas las mujeres que abrieron camino cuando el mundo aún no estaba preparado para escucharlas.
Adriana Asti fue una de ellas: una editora valiente, incómoda, necesaria, que rompió moldes y puso en jaque a un sistema que temía el poder de la libertad.
Desde FETÉN queremos sumar nuestra voz al legado de esta mujer excepcional, que desafió normas, sacudió la industria editorial y allanó el terreno para que hoy revistas como la nuestra puedan existir, crecer y contar historias en libertad.
Su atrevimiento abrió puertas.
