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    Hotel Don Marcos: Lujo, Arte y Tradición en el Burgo de Osma


    Ubicado en tierras sorianas, más concretamente en Osma, Don Marcos es un cinco estrellas nacido del amor por el arte y la tradición. Desde que abrió sus puertas hace dos años, se ha convertido en un oasis para la desconexión y en un hotel único donde cada detalle nos cuenta una historia.

    Un hotel con alma en el corazón de Soria

    Enmarcado con unas inmejorables vistas al Castillo de Osma, solo acceder a Don Marcos sientes que todo en él se ha cuidado y realizado artesanalmente, siendo cada pieza única y exclusiva. Esto es así porque Silvia de Pedro y Abel Heras, sus propietarios, han puesto en él su alma, de hecho el hotel lleva el nombre de su hijo. 

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    Silvia, restauradora de patrimonio, decoradora de interiores y exteriores y miembro fundador de Traditio, se ha ocupado de la decoración de todo el hotel vistiéndolo con piezas realmente únicas como insólitos lavabos o lámparas con guiños a la zona donde nos encontramos. Todo está más que pensado y adecuado para las diferentes áreas y habitaciones. Todo nos cuenta una historia y conforma un estilo único repleto de personalidad.

    Nos sorprenden y encantan a partes iguales los empedrados que se ven en diferentes puntos del hotel e incluso en las habitaciones, realizados piedra a piedra por la propia Silvia después de escogerlas en diferentes graveras. Como también son obra suya los originales lavabos de piedra, la lámpara de techo que reproduce a escala el Castillo de Osma, el “no molestar” de las habitaciones, una coqueta oveja de lana realizada a mano que nos anima a contar ovejas… ¡Nos ha enamorado! Todo en el hotel tiene su sello inconfundible. 

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    Mires por donde mires, techos y suelos incluidos, irás descubriendo diferentes detalles: un antiguo pozo que ahora ha quedado integrado en el pasillo que precede a la entrada de una de las habitaciones y hasta puede producir vértigo al pisarlo por su profundidad, originales lámparas a modo de nubes que dotan de luz a las escaleras de acceso a las habitaciones, pajaritos revoloteando por diferentes zonas y hasta un antiguo vagón de tren en el jardín convertido ahora en coctelería.

    “La Morriña”. Con este nombre que nos produce una sensación de añoranza nos adentramos en una parte de su cuidado jardín. Mesas con bancos de madera y una especie de “M” arqueada y artesanal que se ha convertido en el photocall del hotel y desde el cual enmarcas al propio Castillo, dan paso al vetusto vagón. Este ahora se ha convertido en un espacio donde se preparan cócteles de autor y en el que puedes ponerte cómodo para saborearles mientras frases escritas en sus paredes te hacen reflexionar y más pajaritos sobrevuelan tu cabeza. Un chill out con aire nostálgico y bucólico.

    La paz que se respira en toda la zona solo se ve alterada por el piar de los pájaros, si te fijas bien podrás ver casitas para ellos en los diferentes árboles. En Don Marcos aman a los animales y eso se nota. Es un hotel completamente pet friendly en todas sus áreas (restaurante incluido). Noa disfrutó de lo lindo y nos acompañó en todo momento. No faltó la cama y accesorios en la habitación. Así como un pipican en el jardín. 

    Su restaurante, donde las vistas siguen siendo espléndidas, se llena de luz cada mañana. Los desayunos así como las cenas son cosa de Abel. No faltan los productos locales, mantequilla, pastas y dulces elaborados artesanalmente, rico y auténtico pan “de pueblo”, miel, fruta, zumo de naranja, yogures, semillas y cereales. Todo regado de un delicioso café. La mejor forma de comenzar la jornada. 

    Las cenas son tranquilas, íntimas, y en su carta encontramos productos de kilómetro cero: torreznos, croquetas de trufa y boletus, chuletillas de lechazo, bacalao con ajillo y pimentón, ensalada Don Marcos… Además Abel, siempre solícito, te preparará huevos fritos o en tortilla si es eso lo que te apetece. Todo en Don Marcos gira alrededor de que te sientas cuidado. 

    Espacios con encanto y vistas al Castillo de Osma

    El hotel dispone también de una piscina con zona de solárium y tumbonas. Así como de parking privado. Aclarar que todos sus servicios son exclusivos para los huéspedes. Privacidad y relax, algo muy apreciado en los tiempos que corren.  

    Con seis habitaciones, dos de ellas suites, el trato sigue siendo personalizado. Todas amplias, con una cuidada decoración y con grandes miradores hacia el Castillo de Osma. 

    En la planta baja se ubican dos de las habitaciones adaptadas a personas con movilidad reducida, el hotel incluso facilita la silla de ruedas. Todo en ellas está pensado para una completa accesibilidad (baño incluido). 

    Estas habitaciones tienen salida al jardín así como uso privado de una zona ajardinada. Además en esta misma planta se encuentra una de las suites con 38 metros cuadrados, más 20 de jardín y un amplio jacuzzi. 

    En el piso superior, el resto de habitaciones y la impresionante suite Don Marcos con 40 metros cuadrados, terraza de 25 y un enorme ventanal con vista frontal al castillo. Un gran jacuzzi, sofá, escritorio, una cama King Size de 2×2 y todo tipo de comodidades completa el conjunto.

    En todas, suelo radiante-refrescante, cafetera y cápsulas, hervidor de agua, nevera, caja fuerte, amenities ecológicos artesanos y múltiples detalles que harán que tu estancia sea exclusiva y muy placentera. 

    Y tú, ¿conoces ya nuestros hoteles fetén?

    Conchi Castaneira
    Conchi Castaneirahttps://revista-feten.es
    Conchi Castañeira Directora de la Revista FETÉN. Nacida en Barakaldo hace unos pocos años y criada en Santurtzi, pueblo que llevo en el corazón. No me considero experta en nada, pero sí que me gusta saber de todo, quizás tenga algo de autodidacta. Viajando he aprendido que nada ni nadie es el ombligo del mundo y que la verdad absoluta no existe. Hablar y estar con mi gente es lo que me hace aprender y sentir que tengo los pies en la tierra. Amiga de mis amigos, como enemiga no tengo igual. Cada vez con menos pelos en la lengua y más heridas en el corazón, me considero una superviviente. Orgullosa directora de la Revista FETÉN, una locura que ya dura 10 años. Mi mayor aspiración, ser feliz. Ha habido momentos muy duros, pero creo que lo puedo conseguir. Parte de esa felicidad se la debo a dos seres de luz, Imanol y Noa.

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