Sabemos muy bien que Galicia es un destino de calidad, donde la riqueza cultural, paisajes impresionantes y una gastronomía excepcional la convierten en una elección única para quienes buscan diferentes experiencias.
Una comunidad que enamora por tierra, mar y tradición



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Su gastronomía, sus playas, su naturaleza y el camino de Santiago convierten a esta comunidad en una de las favoritas para quienes buscan un destino nacional, ya sea para unas vacaciones largas o una escapada rápida, ofreciendo experiencias únicas que capturan la esencia de la tradición.
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Revista Fetén



Gira
Pero quizás lo que no todo el mundo conoce es que Galicia es un destino sostenible y nosotros hemos podido comprobarlo gracias a un viaje por Ourense y Pontevedra de la mano de Clúster Turismo de Galicia, una agrupación de empresas vinculadas al sector turístico gallego que unen sus energías para dinamizar el turismo de la zona.



A través de una serie de experiencias comprometidas con el desarrollo local, el aprovechamiento de los recursos naturales y el respeto y cuidado por el patrimonio histórico hemos descubierto un turismo más respetuoso y sostenible.
El pan de Cea: Un homenaje a la tradición
Nuestro viaje empieza visitando un obrador de pan en el municipio de San Cristóbal de Cea -en Ourense- considerado la capital del pan, para conocer el famoso pan de Cea y su proceso de elaboración, totalmente artesanal y dividido en siete fases desde el amasado hasta el reposo final. En todas ellas la mano del artesano y la utilización de materias primas naturales contribuyen a la obtención de un producto único que se crea de la misma manera desde el siglo XIII, por ello cada pieza es un homenaje a la tradición del buen pan gallego.



El Monasterio de Santa María la Real de Oseira: Historia viva
La siguiente parada fue en el Monasterio de Santa María la Real de Oseira, un monasterio trapense de la Orden del Císter del siglo XII y obra maestra de la arquitectura medieval con más de 40.000 metros cuadrados y en el que actualmente viven trece monjes cistercienses. Un espacio sagrado que cuenta también con hospedería y albergue para peregrinos en la Vía de la Plata hacia Santiago. En el siglo XVI sufrió un incendio que redujo a cenizas todos los edificios excepto el templo. Estuvo abandonado cien años y en 1966 se empezó la reconstrucción que duró cuarenta años.
Recorrer su interior para conocer la Sala Capitular, sus tres claustros, la escalera de 17 peldaños adornados con punta de diamante o la antigua botica es todo un lujo y más si esa visita guiada viene de la mano de uno de los monjes que habitan el monasterio.
Relax en las Termas de Prexigueiro
Y del patrimonio histórico y cultural de Galicia pasamos a la belleza de su naturaleza que envuelve cada uno de los rincones de esta tierra. Un buen ejemplo de ello son las Termas de Prexigueiro a pocos kilómetros del municipio de Ribadavia. Se trata de un circuito termal al aire libre con cinco pozas de agua caliente denominado “Kumano Kodo” en referencia al camino de peregrinación japonés. Un remanso de paz rodeado de bosques para relajar cuerpo y mente.
Enoturismo en la Ruta del Vino Ribeiro
Y una vez relajados tras nuestro baño en las termas nos dirigimos a conocer una de las bodegas de visita imprescindible en la ruta del Vino Ribeiro. Un negocio familiar que data de los años 50 en el que nos adentramos en la historia de sus vinos y de todo el proceso de producción basado en el respeto por la sostenibilidad del medio. Visitamos la sala de barricas, el viñedo y los antiguos edificios del siglo XII que acogen la bodega y el antiguo lagar reconvertido en sala de arte. Y tras este recorrido y la parte teórica tocaba pasar a la práctica, la cata de sus vinos. ¡Deliciosos! Y no fue lo único que degustamos, también probamos el vermú artesano. Y terminamos la jornada con una rica cena. Una grata experiencia de enoturismo sostenible y de calidad.



Ribadavia: Un viaje al pasado medieval
Nuestra segunda jornada por tierras gallegas empezó con la visita al municipio de Ribadavia en la provincia de Ourense. Sus callejuelas empedradas, su castillo o su barrio judío nos transporta a la época medieval. Y en sus iglesias, conventos y palacetes se aprecia el urbanismo barroco. Sin duda, uno de los pueblos ideales para perderse en esta zona.
Aceite de oliva: Tradición en Arnoia
Aunque la lluvia decidió acompañarnos en nuestro viaje no impidió que nos dirigiéramos hasta Arnoia para visitar un olivar y conocer el proceso de elaboración del aceite de oliva virgen extra, comprobando el esfuerzo, dedicación y amor por la tierra de familias enteras que apuestan por revitalizar el entorno rural.
La magia del mar: Cultivo de mejillones en la Ría de Aldán
Y si Galicia es amor por la tierra también lo es por el mar. Por eso no quisimos perdernos la experiencia de viajar en un barco pesquero por la Ría de Aldán hasta llegar a las bateas, las plataformas flotantes en las que se cultiva el mejillón, de ellas cuelgan unas quinientas gruesas cuerdas que se adentran doce metros en el mar con las semillas de este rico molusco. Un arte de pesca artesanal y totalmente natural, ya que la cría sucede en medio de la ría. Gracias a los expertos bateeiros (personas que se dedican a este oficio) pusimos en práctica el proceso de enganche de la cría del mejillón a las cuerdas que después se lanzan al mar para que se complete el proceso de cultivo. Y para cerrar esta experiencia, nada mejor que disfrutar de unos mejillones recién pescados, acompañados de un vino de la tierra con espectaculares vistas a la Ría de Aldán.



La Isla de Cortegada: Un paraíso natural
Nuestro recorrido por la Galicia más sostenible no podía terminar sin visitar la Isla de Cortegada frente a Carril y dentro del Parque Nacional de las Islas Atlánticas. Además de la riqueza de sus fondos marinos, en los que se cultivan almejas o berberechos, posee el mayor bosque de laurel de Europa Occidental. Con una superficie de 54 hectáreas este paraje natural de enorme belleza estuvo habitado hasta 1910. En la actualidad sólo se permite la entrada de 250 visitantes al día para evitar un impacto ambiental negativo y preservar la salud de su ecosistema
Otra Galicia: Sostenible y sorprendente
Viajar a Galicia de otra manera es posible y lo hemos descubierto a través de todas las actividades y visitas que hemos realizado.
Pero si todas estas experiencias han sido fetén, los alojamientos no se han quedado atrás: hemos disfrutado de hoteles rurales y antiguos pazos situados en entornos naturales de ensueño. Y los restaurantes nos han deleitado con productos frescos y de proximidad, directos de la huerta o del mar a la mesa, convirtiendo cada comida en una celebración de los sabores locales.
Una experiencia totalmente recomendable para conocer otra Galicia más desconocida.