« Quizás nuevamente nos encontremos en algún momento en el futuro. O en el pasado »
-Back to the Future-
Para todos los que vivimos los años 80 y guardamos buenos recuerdos de aquellos tiempos mágicos, auténticos y sobre todo libres de smartphone, Rockade –en la calle Almendro 9, Barrio de La Latina) supone todo un revival a « esos maravillosos » años en los que nos divertíamos jugando con pinballs y videojuegos arcades, siempre roderados de buena música y de pósteres de nuestras películas favoritas. Sin duda, una original puesta en escena en la que por un momento creerás haber viajado en el DeLorean acompañando a Marty McFly.
Nos da la bienvenida un espaciosa barra con muchos grifos de cerveza, farolillos de colores, guirnaldas de luces, pósteres de grupos y de películas icónicas y chapas incrustadas en las paredes. Completando la decoración, alfombras marroquíes, velas y luces de neón. Todo encaja y todo divierte.
Nuevo Nº Revista Fetén
ROCKADE LA LATINA EN LA REVISTA FETÉN
Bajamos las escaleras y nuestro asombro va en aumento. Nos reciben, a ritmo de los Rolling, un buen número de máquinas recreativas y pinball con sus dibujos característicos. Nos encanta la de Elvis y la de Harry el Sucio (pistola incluida). Las observan Ciudadano Kane y Liza Minnelli desde los carteles de sus películas.
Pero aun hay más. Al estilo de las mejores salas de recreativos de los 80, nos esperan máquinas de arcade en las que podemos jugar a clásicos como el Space Invaders (los marcianitos de toda la vida) o el Come-Cocos.
Al fondo, en una especie de cueva, varios sillones de carreras.
En ese mismo espacio podemos sentarnos cómodomante y ya imbuidos en el ambiente comer o cenar.
Encontramos una comida muy sencilla, la típica callejera que podrías hallar en distintos lugares del mundo : Totopos con guacamole, perritos calientes, hummus con pan de pita, hamburguesas, tacos, etcétera. Una carta de cervezas y otra de cócteles. Todo servido con platos y cubiertos 100% reciclables y amabilidad de su personal.
En conclusión, Rockade nos ha atrapado por su inmersión a los años 80, su buena música, porque somos testigos de que lo que nos ha acompañado en nuestra adolescencia ha conseguido sobrevivir al paso del tiempo y convertirse en mítico y eso nos hace felices.
Un último consejo, no olvides llevar monedas para poder echar unas partidas.