La fiesta de Acción de Gracias (Thanksgiving) es, sin duda, una de las celebraciones más emblemáticas de Estados Unidos. Cada cuarto jueves de noviembre, familias y amigos se reúnen alrededor de una mesa repleta de platos tradicionales como el pavo asado, el puré de patatas y el pastel de calabaza. Más allá de la comida, esta festividad tiene un profundo significado de gratitud y unión familiar. Pero, ¿podría convertirse en una tradición popular en España, como ya ocurrió con Halloween o el Black Friday?
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Acción de Gracias: una tradición muy americana



Acción de Gracias tiene sus raíces en los colonos europeos del siglo XVII, quienes celebraban cosechas abundantes y la supervivencia en un nuevo mundo. Aunque el espíritu de dar las gracias es universal, su forma y significado en Estados Unidos están profundamente vinculados a la cultura y la historia del país. Esto podría ser un obstáculo para su exportación directa a España, donde no existe una referencia histórica o cultural similar.
Revista Fetén



Sin embargo, si algo hemos aprendido de Halloween y el Black Friday, es que las tradiciones pueden reinventarse cuando se combinan con marketing y consumo. Halloween pasó de ser una fiesta celta desconocida a una cita obligatoria con disfraces y calabazas en los escaparates de media España. Por su parte, el Black Friday, surgido como una fecha para compras masivas en Estados Unidos, se ha adaptado rápidamente al mercado español gracias al impulso del comercio electrónico.



¿Qué hace falta para que Acción de Gracias triunfe aquí?
Para que Acción de Gracias eche raíces en España, necesitaría varios factores clave:
- Adaptación cultural: Aunque el concepto de “dar gracias” tiene un atractivo universal, la festividad necesitaría una reinterpretación que encaje en la cultura española. Por ejemplo, se podría vincular con la gastronomía local, sustituyendo el pavo por cochinillo o cordero.
- Impulso comercial: Las marcas y los restaurantes tendrían que liderar la promoción, organizando cenas temáticas, menús especiales o incluso descuentos relacionados con la fecha.
- Participación mediática: Las películas, series y redes sociales ya han ayudado a que muchos españoles conozcan esta tradición. Si programas de televisión y medios digitales empiezan a hablar más sobre Acción de Gracias, esto podría acelerar su adopción.
- Calendario festivo: Uno de los grandes desafíos es que en noviembre España ya celebra varias festividades (como el Día de Todos los Santos o San Andrés en algunas regiones). Acción de Gracias podría encontrar su hueco como una excusa para reunir a familias y amigos antes de las Navidades.



¿Es realista pensar en su implantación?
Aunque Acción de Gracias tiene menos componentes “vendibles” que el Black Friday o Halloween, su carácter familiar y gastronómico podría encajar bien con los valores españoles. En un país donde las sobremesas interminables y las reuniones familiares son casi sagradas, el espíritu de esta fiesta no sería tan ajeno.
Además, el auge de la globalización y el creciente interés por lo anglosajón juegan a favor de su popularización. Ya hay restaurantes en ciudades como Madrid o Barcelona que ofrecen cenas de Acción de Gracias para expatriados y curiosos. Poco a poco, esta tendencia podría expandirse, sobre todo en las grandes urbes.



Acción de Gracias tiene potencial para ser conocida y celebrada en círculos pequeños en España, pero es difícil que alcance el nivel de popularidad de Halloween o el Black Friday. Estas últimas fiestas están más ligadas al consumo y al entretenimiento, mientras que Acción de Gracias requiere una adopción más profunda de su significado. Sin embargo, si el marketing juega bien sus cartas y se adapta al gusto español, es posible que en unos años veamos mesas decoradas con pavo… o con jamón ibérico.