Cofete es una playa salvaje y agreste situada en el sur de la isla, dentro del Parque natural de Jandía
Texto y fotografía: María Rosselló
Parece irrelevante hablar de una sola playa en concreto cuando se habla de Fuerteventura. Esta isla canaria azotada por el viento tiene cientos de paisajes salvajes y naturales, pequeños pueblos llenos de encanto y calas preciosas. Toda ella es un lugar maravilloso para turistear y descansar
Pero Cofete bien merece un artículo en exclusiva.
Cofete es una playa salvaje y agreste situada en el sur de la isla, dentro del Parque natural de Jandía.
Para llegar debemos tomar un desvío que se encuentra en el pueblo de Morro Jable y conducir por un camino sin asfaltar. Al empezar el recorrido te preguntarás varias veces si vale la pena, pues se trata de un camino no asfaltado de montaña, con curvas y por el que no podrás circular a más de 20 kilómetros por hora. Largo, tedioso… pero no te arrepentirás. El regalo final bien vale un rato en coche con socavones.
A medio camino empiezas a vislumbrar el magnífico paisaje que te vas a encontrar, paradisíaco y virgen.
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Antes de llegar a la playa, las casas de Cofete. Se trata de un pequeño pueblo habitado en la antigüedad y que actualmente sólo cuenta con unos pocos habitantes todo el año. El resto, veraneantes.
Estas casas al encontrarse dentro de un parque natural no pueden ser reformadas. Tampoco tienen acceso a agua potable ni a electricidad. Los que las habitan viven sin comodidades pero en total paz, calma y conexión con la naturaleza.
COFETE FUERTEVENTURA
Llegamos al parking de la playa. Llama nuestra atención un recinto de piedra con unas barreras de madera. Un cementerio. En su entrada una placa con todos los nombres de los que allí descansan trasladados por la montaña desde Jandía hasta Cofete. Las cruces delatan el lugar.
Asemeja un paraje de otro mundo donde el tiempo parece detenido, nada es urgente. Sientes la historia del lugar, las vidas que se vivieron aquí.
La playa es interminable. 12 kilómetros de arena y mar. Olas y corrientes, naturaleza en estado puro.
Al ser de difícil acceso y no tener servicios esta playa suele estar poco concurrida, lo cual la hace aún más especial.
Visítala con tiempo, pasea por su fina arena, siéntate a mirar el mar y siéntete muy pequeñito entre tanta inmensidad de colores y sensaciones. La típica calima junto a la espuma del mar le da un aire aún más etéreo y mágico.
Seguramente también llamará tu atención la Casa Winter y sentirás curiosidad por esa construcción envuelta en mil leyendas de reuniones de nazis, submarinos, militares, espías, operaciones de cirugía, pilotos o presos. Sólo los lugareños del lugar pueden desmentir.
Cofete es un regalo visual que no te dejará indiferente.
Al ser de difícil acceso y no tener servicios esta playa suele estar poco concurrida, lo cual la hace aún más especial.
Visítala con tiempo, pasea por su fina arena, siéntate a mirar el mar y siéntete muy pequeñito entre tanta inmensidad de colores y sensaciones.
