Nahia Laiz entre CANDILEJAS

Instagram:@nahialaiz www.nahialaiz.es

La palabra “candileja” se define en el diccionario como “recipiente pequeño en que se pone aceite u otro combustible para que ardan una o más mechas”, pero también como “LÍNEA DE LUCES EN EL PROSCENIO DEL TEATRO” 

Con su encanto discreto, son una fuente lumínica invisible a ojos del público. Crean una cortina de luz entre la escena y la platea que, a la vez que ilumina a los actores, impide que estos tengan una visión directa del público. 

Nuevo Nº Diciembre 2020

Nahia Laiz entre Candilejas

Pero no es de focos de lo que os vengo a hablar, sino de la luz en el más amplio y profundo sentido de la palabra. 

Acaricio esta página en blanco como si fuera el primer roce de la piel de un recién nacido con el aire, dispuesta a plantear más preguntas que respuestas y queriendo encontrarme con vosotros y con vosotras – querido público – creando aquí un espacio que pueda, tal vez, iluminar un poco la relación entre la vida y el teatro. 

Y así, “entre candilejas” es como me he sentido siempre observando este gran teatro del mundo. La obra de Calderón no es sólo un texto o un título acertado; es para mí una forma de ver la vida. 

Desde bien pequeña se despertaba en mi la siguiente pregunta: “¿Y si fuéramos actores y actrices sobre un escenario?” 

Entrando en la adolescencia tomé el teatro como vía de expresión y también de conocimiento. Empecé poco a poco a pisar las tablas desde que tenía 13 años. Ahí fue donde mi hambre de preguntas se hizo inmensa. 

Desde entonces concibo la vida y el arte teatral como una misma cosa porque, al fin y al cabo, crear una persona (una personalidad) es muy similar a crear un personaje. En ambos casos los descubrimientos y los avances aparecen con la toma de decisiones. A partir de ahí, un mundo entero de circunstancias rodea y conforma a cada ser, ya sea de ficción o propio. 

Así que bienvenidos, bienvenidas, pasen y vean, esta sección donde puedo exponer cómo observo entre candilejas. 

Cuando más me gusta el teatro, es cuando parece que miras la vida íntima de alguien a través de una cerradura y cuando más me gusta la vida, es cuando parece iluminada y conectada como si se tratara del más delicado entramado teatral. 

Me pasa lo mismo con las personas y los personajes. Tanto es así que, ya siendo actriz – primero de formación y experiencia teatral y después sumando el cine – hice un máster en coaching ontológico y me especialicé en la gestión de las emociones a través del cuerpo en movimiento. 

¿Qué plantea lo “ontológico”? La búsqueda de la coherencia entre cuerpo, emoción y lenguaje. 

Y, es que, es desde ahí desde donde he creado siempre mis personajes. Buscando esa coherencia para después romperla y llenarla de aristas, porque la vida no es binaria, está llena de múltiples posibilidades, de emociones mixtas, de pérdidas, de ganancias, y sobre todo – como nos decía Jorge Eines desde su escritorio – de espacios de contingencia. 

Es la contingencia lo que hace vivo a un personaje. Una puede conocer muy bien sus líneas, sus acciones, dónde y cómo parar en cada marca o bajo cada foco, pero es la contingencia – esos espacios de libertad en los que “simplemente” caminas de un punto “A” a un punto “B” – los que dan la vida si están llenos de preguntas: ¿Cómo caminas? ¿Por qué? ¿Para qué? Ahí aparece el personaje y por tanto el arte. En las preguntas está el arte y lo que diferencia, no sólo a un personaje de otro, sino al mismo personaje interpretado por diferentes actrices. 

Sin preguntas reproduciríamos actitudes, copiaríamos acciones y repetiríamos textos, pero seríamos nadie…así en la vida como en la escena. 

Más Artículos de Hahia Laiz

Por eso quiero invitar aquí a reflexionar sobre el teatro desde dentro, un lugar adentro de lo humano. 

No pretendo que sea un espacio de recomendaciones teatrales, ni críticas, ni mucho menos de autobombo – aunque de todo se aprende y con la excusa de este tema se abrirán un montón de posibilidades, lecturas, obras en cartel que se puedan ver y un sinfín de nombres de la escena. Encontraremos referencias sobre teatro en obras maestras del cine, de la filosofía, etc… 

Me acercaré también a algunos de los personajes que he interpretado y a muchos a los que me encantaría interpretar a ver qué planteamientos surgen de cada una de ellas. 

Así, paso a paso, personaje a personaje, iremos abriendo también cuestiones propias porque…otra de las ocasiones en las que más me gusta el teatro (hacerlo y verlo) es cuando alguien del público se queda después de la representación con una sensación nueva, un nuevo planteamiento, una reflexión hasta entonces pasada por alto. 

Así que vamos, adelante, se abre el telón. 

Como dijo Charles Chaplin en su gran obra maestra “CANDILEJAS”: “La vida puede ser maravillosa si no se le tiene miedo” 

Acto seguido, el maestro añade: “La vida es maravillosa incluso para una medusa”.

Revista iCruceros