El mundo ha cambiado, y con él también la manera de viajar. Hoy en día es fácil planear unas vacaciones desde el sofá, a golpe de clic, navegando entre comparadores, vuelos y reviews en internet. Sin embargo, cada vez más viajeros descubren que el verdadero lujo no está en planificar cada minuto, sino en dejarse guiar.
El viaje ya no es ver, es sentir
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Suscribirme- FETÉN Septiembre 2025: Un número muy especial
- Editorial :Este septiembre, un número muy especial
- ¿Se puede comparar un glamping con un hotel de 5 estrellas gran lujo?
Las agencias de viajes especializadas siguen jugando un papel fundamental: aportan ese conocimiento experto que convierte un viaje en una experiencia diseñada a medida. Porque no siempre se trata de encontrar un hotel o un vuelo barato, sino de dar con ese destino que conecta con lo que uno necesita en ese momento.
Revistas Fetén
Y es que hay un cambio de mentalidad. Muchos viajeros –los que se pueden permitir escapar de la rigidez del calendario de julio o agosto– buscan huir de las aglomeraciones. Prefieren viajar en temporadas más tranquilas, vivir destinos con calma y alojarse en lugares que transmiten lo que en FETÉN llamamos lujo silencioso: hoteles que no necesitan gritar exclusividad, sino que la susurran en cada detalle.
Cuando el lujo es dejarse llevar
Este “lujo silencioso” no es solo una tendencia en la hotelería; es también una nueva forma de viajar. Una manera de descubrir el mundo sin prisas, sin despertadores que marcan el ritmo de visitas, sin colas interminables que agotan antes de empezar. Porque viajar no debería ser una maratón turística, sino un reencuentro con uno mismo.
Tras haber probado todas las fórmulas, quienes hoy buscan esta nueva forma de viaje ya no lo hacen por “ver por ver”, sino por sentir. Sentir el silencio de una playa vacía, la calma de un viñedo al atardecer, la paz de un hotel boutique que sabe estar sin necesidad de ostentación.
En Revista FETÉN creemos que ese es el verdadero viaje de lujo: el que se vive desde dentro, sin mapa y sin prisas, pero con la certeza de que cada instante está hecho para disfrutarse.