El viaje de Marina Mantolan

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Los Viajes Marina Mantolan

Fue en noviembre de 2019 -aún se podía viajar libremente- cuando decidí tachar de mi lista de destinos y experiencias que vivir, recorrer la costa de Marruecos en furgoneta para llegar a Banana Village, un pueblecito surfero cerca de Agadir, en el suroeste del país. Os puedo asegurar que fue toda una aventura en la que se necesita mucha paciencia, y prepararse mentalmente de que la comodidad de un baño y una ducha brillarán por su ausencia. 

Nuevo Nº Diciembre 2020

salimos desde Madrid en una Volkswagen T5 de 12 años, lo suficientemente grande para guardar las tablas, algo de ropa, utensilios de camping y un colchón sobre el que caerse muerto después de muchas horas de conducción. Nos esperaban 1555km desde Madrid, así que nos lo quisimos tomar con calma y disfrutar de un viaje algo improvisado de cuatro días. Para todos aquellos que quieran conocer un Marruecos diferente, lejos del cliché turístico de las compras del zoco en Marrakesh, aconsejo recorrer los pueblos costeros de este país en furgoneta, aunque no sea lo más cómodo. 

Assilah es un pueblo costero muy pintoresco con casas azules y blancas rodeadas por una gran muralla

Assilah, una ciudad en la que se respira arte

Después de haber pasado la primera noche en El Palmar (Cádiz), cogimos el ferry en Algeciras hasta Tánger Med, el puerto de mercancías. Si algo teníamos claro en este primer trayecto, era evitar Tánger y cualquier ciudad grande como Casablanca o Rabat. De esta forma, descubrimos lugares menos conocidos y, por consiguiente, más exóticos. Así, después de una hora de viaje, llegamos a Assilah, un pueblo costero muy pintoresco, con sus casas blancas y azules rodeadas por una gran muralla. 

Assilah fue una de las paradas que más me gusto por la tranquilidad que desprendía este pueblo pescador. Es una ciudad que bien te recuerda al sur de España, pero con el encanto marroquí, llena de artesanía y arte local. 

Aquí dormimos es un “camping” cerca de la playa. Lo pongo entrecomillado porque más que un camping era una parcela de césped con unos baños y duchas que preferirías no utilizar. En este artículo, no voy a escribir sobre ningún camping porque, a los que fui, no los recomiendo para nada. 

Últimas Entradas

Al Yadida, la fortaleza portuguesa

Esta ciudad pasa totalmente desapercibida para los turistas, pero es uno de los destinos más interesantes debido a su historia. Al Yadida, que significa “la nueva”, es una ciudad rodeada por una muralla construida durante la colonización portuguesa que duró hasta el siglo XVIII. En la actualidad, esta fortaleza situada en el mar ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad y tiene forma de estrella. 

Una parada obligatoria para descansar después de casi cinco horas de viaje. La mayoría de las carreteras costeras de Marruecos no se encuentran en las mejores condiciones, por lo que siempre hay que sumar una hora más de lo que indica Google Maps. 

En imsouane surfeé las mejores olas de mi vida y también las más  terroríficas

Essaouira, el pueblo hippie de Marruecos 

A unos 185km de Marrakesh se encuentra Essaouira, también conocida como el “pueblo del viento”, uno de los lugares preferidos para los amantes del kitesurf. Este es quizás uno de los destinos más conocidos de la costa de Marruecos. El turismo está más desarrollado y se puede disfrutar de buenos restaurantes y cafés a pie de playa. 

Asimismo, su medina y zoco también fueron declarados Patrimonio de la Humanidad. Con aire decadente y bello, sus estrechas calles están llenas de comercios artesanales con cerámica y accesorios de moda elaborados a mano. Perderse por el casco antiguo y recorrer su puerto es un plan que hay que hacer sin mirar el reloj. 

Sidi Kaouki, la experiencia más local

A tan solo media hora en coche desde Essaouira, encontramos esta aldea bohemia bereber donde se practica surf. Este pueblo es mucho más local y menos turístico de los cualquiera mencionados anteriormente, por eso nos gustó tanto. Prácticamente, Sidi Kaouki se compone de una calle con algunos modestos restaurantes y hostales donde hueles el ambiente surfero local. Caminando hacia la playa puedes tropezar con camellos, vacas, perros, gatos y cabras. ¡Es toda una experiencia!

Imsouane, la ola de moda

Este pueblo tiene una de las mejores olas derechas de todo Marruecos y su fama ha ido creciendo durante los últimos años. Todavía guarda sus raíces locales, pero el turismo extranjero comienza con sus negocios enfocados al surf y al yoga. Sin duda, Imsouane está de moda y atrae a surfistas de todo el mundo que se reúnen en un ambiente de fiesta. 

Imsouane fue nuestra última parada antes de llegar a lo que fue nuestro hogar bereber en Banana Village, situada después de otra zona de surf muy famosa como Taghazout. Fue aquí, en Banana Village, donde tuve una experiencia preciosa durante un mes, compartiendo casa con una familia marroquí, viviendo frente al mar, conociendo a los pescadores vecinos que vivían en unas chabolas, surfeando las mejores olas de mi vida y también las más terroríficas. 

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