Reconectar y no Desconectar

LOS VIAJES DE MARINA MANTOLAN

En un mundo y en una sociedad donde se otorga más importancia a darse a conocer que conocerse a uno mismo, emprendemos un viaje de introspección en el que el surf y el yoga nos guían hacia nuestro universo personal. 

Cierto es que viajar es un arma de doble filo con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la mentalidad cerrada. Sin embargo, en muchas ocasiones hacemos las maletas con la esperanza de poder detener el tiempo, de vivir una experiencia que nos haga sentir un poco más vivos y de crear un recuerdo para inmortalizarlo en Instagram. Viajamos para escapar de la rutina y del estrés. Compramos un billete para huir, por unos días, de nuestras obligaciones y así, por fin, descansar y desconectar. Y esto es un error. No podemos vivir esperando a que las vacaciones nos “recarguen las pilas”. Esta “cultura de evasión” nos aleja más y más de nuestro universo interior.

Nuevo Nº 2021

Hazte esta pregunta, ¿cuándo fue la última vez que te escuchaste a ti mismo y te dedicaste tiempo? El viaje interior es un trayecto habitado por preguntas a las que debemos encontrar respuestas. El autoconocimiento no es tarea fácil, pero al igual que uno se obliga hacer ejercicio físico con frecuencia, trabajar nuestra mente es también un hábito que se crea con voluntad diaria. 

Marina Mantolan

Seguramente hayas escuchado hablar del mindfulness. La generalización de esta práctica y su popularidad en la sociedad occidental ha llevado a una gran confusión sobre su esencia, función y objetivos. Todos hemos oído hablar de los beneficios de la meditación para la mente y el cuerpo. Sin embargo, se han creado demasiados mitos que llevan a las personas a ser reacias a su iniciación o acaban frustradas y, por tanto, abandonan esta rutina.  

Te dirán que meditar es “dejar la mente en blanco”. Mentira. Meditar no consiste en detener o eliminar tus pensamientos. Este enfoque solo genera más estrés ya que no podemos controlar cuándo y qué debemos pensar. Meditar es decidir cómo queremos atender esos pensamientos, aceptarlos y dejarlos marchar. Por ello, el propósito principal del mindfulness consta en centrar nuestra mente en un objeto de atención, bien sea nuestra respiración o el latido de nuestro corazón, entre otros. Por eso, a través del yoga podemos llegar a crear una rutina en la que aprendemos a tomar consciencia activa de estos pensamientos que, inevitablemente, van y vienen a nuestra mente. Entender este concepto nos ayuda a evitar juzgarnos y redirigir nuestra atención al momento presente.  

Escucharnos y entender el porqué nos sentimos así nos ayuda a encontrar los caminos por nuestro mapa interior y así reconectar y no desconectar con nosotros mismos. ¿Y qué mejor manera de estar en el momento presente que practicando deporte? Por ejemplo, el surf es una herramienta muy poderosa de mindfulness y autoconocimiento. No importa si eres un surfista profesional o principiante. En el mar todos somos iguales y nuestra atención se enfoca en trabajar esa sintonía entre uno mismo y el medio ambiente. 

Hazte esta pregunta, ¿cuándo fue la última vez que te escuchaste a ti mismo y te dedicaste tiempo?

Tener conciencia plena de uno mismo tiene grandes beneficios como la mejora de nuestra concentración, productividad, combatir la ansiedad, el estrés o la depresión. Entrenar la mente para alcanzar un estado meditativo es un proceso continuo, que requiere práctica, voluntad, paciencia y actitud, exactamente igual que el surf. “Es así que surfear se convierte en una lección constante de la conciencia plena, aunque va más allá. No solo nos conduce a nuestro mundo interior, sino que nos orienta por el entorno para buscar nuestro espacio en el mundo que nos rodea”, según publica el escritor y surfista Sam Blakley en su libro “El surf y la meditación”. 

A través del surf, trabajamos nuestra confianza y marcamos nuestros límites, superamos nuestros miedos mejorando nuestras carencias y conseguimos una paz mental cuando estamos presentes en el agua. Aquí y ahora. Flotando en nuestro mar interior, sintonizándonos no solo con nuestras necesidades y propósitos sino también con las del entorno en el que vivimos y nos sostiene. 

Desafíate preguntándote, ¿dónde está tu mente mientras tu cuerpo está aquí? Te animo a que te inicies en el yoga, en el surf o en cualquier otro deporte que te haga reconectar contigo mismo, que te haga disfrutar del momento presente y con el que te sientas agradecido por aquellas pequeñas cosas que nos dan vida, como respirar, o nos hacen felices, como despedirse del sol con el mar de fondo. 

*Este artículo aparece publicado en el número de Diciembre 2020 de la revista iCruceros

Revista iCruceros