QUE VER EN VENECIA -EN CRUCERO –
[icon type=»circle» size=»medium» name=»angle-right»] Venecia, al igual que muchas ciudades, es imposible verla únicamente en una escala de crucero. Pero aquí vamos a tratar de resumir lo que el viajero crucerista puede ver en Venecia. ¿Qué ver en Venecia?…. Primer consejo. Si se puede, recomiendo pasar en Venecia, una o dos noches previas al embarque. Que nadie piense que la preciosa ciudad de los canales se puede ver en unas horas, Venecia hay que recorrerla con lentitud, sin prisas, dejarse llevar y perderse por sus laberintos de callejuelas y puentes. Pero si esto no es posible lo indispensable de ver en Venecia será: 
Plaza de San Marcos con todo lo que engloba, es decir, la Basílica, el Palacio Ducal, la Torre del Reloj y el Campanile. Si encontramos demasiada gente para entrar a la Basílica, es preferible desistir y subir al Campanile, donde disfrutaremos de unas vistas espectaculares de toda la ciudad de Venecia. Al lado de la Plaza y antes de dirigirnos a nuestra siguiente etapa, nos acercaremos a ver el Puente de los Suspiros. Y también nos fijaremos en la pequeña isla que hay enfrente, donde se encuentra la iglesia de San Giorgio Maggiore. Una de las postales más famosas de Venecia. Paseo en vaporetto o góndola por Venecia, –esto lo dejo a la elección particular de cada uno- por el Gran Canal, desde San Marcos hasta el Puente Rialto. De esta forma conoceremos la esencia de Venecia y pasaremos al lado de Santa María de la Salud, del Puente de la Academia y de varios Palazzos venecianos. Una vez llegados al Puente Rialto, nos apearemos y la visita obligada será subir al propio puente, ver sus tiendas y disfrutar de las vistas que ofrece del Gran Canal de Venecia. 
Callejearemos y regresaremos andando a la Plaza San Marcos, a la que accederemos por la zona de la Procuraduría Nueva. Una vez aquí vamos a hacer que se detenga el tiempo y gozar de esta plaza, a la que ya Napoleón denomino como “El salón más bello de Europa”. Quizás la que mejor engloba la esencia de Venecia. Y para acabar, nos vamos a dar un capricho, sentarnos en la terraza del famosísimo café Florián y saborear un capuccino, mientras escuchamos su música en vivo y nos dejamos llevar por la imaginación. Después de esta visita rápida, el viajero sabrá qué ver en Venecia y querrá volver a toda costa, pero con más tiempo.
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