Por :Alicia Fernández

Miguel Angel Bounarroti es eterno. Como eterna es su huella en Florencia y Roma, ciudades también inmortales en la historia y en el arte, quizás en gran parte por este genio solitario y febril. 

Se cuenta de él que no esculpía, si no que se limitaba a retirar la piedra que aprisonaba su obra, que siempre estuvo allí oculta. Dormía abrazado al busto del Belvedere como un niño duerme abrazado a su mascota, o a su sueño más amado. Calzaba sandalias de monje y vivía con los votos más austeros que se pueden imaginar para un hombre de carne y hueso. Nos intriga, nos apasiona, nos seduce, nos embauca, nos lleva al infinito y nos hace sentirnos terriblemente pequeños. ¿Quién puede homenajear esto?, ¿quién puede documentar o contar esto?



La película retrata el recorrido de su obra a través del personaje del historiador del arte y contemporáneo Giorgio Vasari (el célebre autor de “Las Vidas”) y del propio Miguel Angel narrando la técnica empleada por éste para enfocar su trabajo. Admito que me hubiera gustado llegar a conocer mas profundamente su forma de sentir y de vivir, descubrir al Miguel Angel mas humano, pero he podido disfrutar de la belleza de los planos que le han dedicado a sus obras mas emblemáticas de manera intensa. Contemplar el David y su mas honda anatomía o pasear por la bóveda de la capilla sixtina y descubrir como fue el proceso del artista para pintarla es un maravilloso viaje a los límites de las posibilidades humanas. Así que eso, ya es un éxito



Salgo fascinada e insatisfecha. Con ganas de seguir al genio de Caprese, allá donde esté. Le debo a la película este impulso íntimo e ilusionante.

Gracias Miguel Angel Infinito

Teatro, conciertos y cine.... mucho cine. Una dosis mínima para pasar el mono, una mas abundante para la felicidad plena. Escribo en iCruceros porque; 1. Me caen muy bien 2. Veo pelis a cualquier hora del día 3. Me gusta compartir con los lectores mi visión personal de las películas, me obliga a estrujarme el cerebro para tratar de poner palabras a mis emociones y sensaciones, y eso me chifla. Soy Alicia Fernández, actriz calagurritana que reside en Madrid. Me gusta el rock&roll, los conciertos, bailar sin parar y sobre todo ver (y hacer) teatro. Amante del cine, podría pasarme los días viendo películas y por supuesto, rodando películas, y también fanática del mar. Así que no podía encontrar mejor lugar que Icruceros que une dos de mis grandes pasiones, y así poder contaros de primera mano mi humilde visión de las películas a las que acudiré en su nombre. Mi primera incursión en los cruceros fue gracias al rodaje de la película “Yucatán” que tuve la fortuna de rodar de la mano de Daniel Monzón y además descubrir el mundo crucerista, que si he de ser totalmente sincera, me lo pasé en grande. Así conocí a los creadores de Icruceros y aquí me he quedado a su lado.