El actor y director elige cinco títulos de su prolífica filmografía y habla de sus próximos proyectos.
“El veneno del teatro” fue la primera obra que, como espectador, vio Fernando Cayo en el teatro de su Valladolid natal, con José María Rodero en escena. “Ver aquella enorme presencia escénica me dejó marcado”, recuerda el actor que lleva al pie del cañón desde hace más de veinticinco años. Curtido en teatro, cabaré, música, televisión y cine, el vallisoletano, hombre de mundo, actor de esencia y de trayectoria envidiable, suma experiencias a las órdenes de Daniel Calparsoro, Icíar Bollaín, Emilio Aragón, Gracia Querejeta o Pedro Almodóvar, entre otros y otras.
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Precisamente, esta vez la cosa va de películas y séptimo arte. “Próximamente se estrenará El instinto de Juan Albaracín, una película inquietante. Un thriller que roza el terror. La protagonizamos Javier Pereira y un servidor, mano a mano. Se trata de una primera película de un director superjoven, pero extremadamente virtuoso. Creo que es uno de los directores más talentosos con los que he trabajado. Va a dar mucho que hablar”, anuncia. “También llegará pronto Padres, la película que he rodado con Natalia Verbeke”.
Pero esta sección es una selección, en concreto, de cinco películas fundamentales para Cayo, y son las siguientes:
SHACKY CARMINE
“Le tengo mucho cariño. Es la primera película de Chema de la Peña. También fue la mía y, además, como protagonista. Me dieron el Premio al Mejor Actor en el Festival de Cine Español de Toulouse y ese año tenía como competidores a Javier Bardem, Eduard Fernández y varios actores más, estupendos. Supuso un escalón muy importante porque era una película de riesgo, muy libre, en la que se hablaba abiertamente de drogas y del submundo de la música. Hacía un personaje de composición, Apolo, que se llamaba el portero de discoteca politoxicómano, bajista y cantante de un grupo tecno hardcore.
Lo estuve preparando con Paco Pino, coach y coach de actores, buenísimo. Llegué a través de un casting puro y duro. En ese tiempo, yo hacía Manos a la obra, mi primera serie de televisión, con mucho éxito, pero que no tenía que ver con esto. Era una película de cine de autor, hiperrealista. Fue una experiencia brutal coincidir con todo ese margen: Bardem, Cuétara, Rebeca Jiménez, etc., al que después se unieron Antonio Vega, Kiko Veneno y un montón de ilustres de la música en ese momento. Aunque no tuvimos distribución, sé de quién es el irisal, aunque sabemos que la produjo Fernando Colomo. Siempre le digo a la gente que lo busquen por Internet porque no hay forma de poder verla de otra manera”.
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SuscribirmeEL ORFANATO
“Es de las películas más importantes de ese momento. Más internacional. Mucho movimiento físico. Producida por Guillermo del Toro, fue la primera de Juan Antonio Bayona. Fue un proceso de investigación y de improvisación muy fuerte, de ensayos con Belén Rueda para crear esa pareja a la que le desaparece un niño.
De hecho, en la película hay algunos momentos que pertenecen a las improvisaciones que hicimos. El del piano, por ejemplo, se lo propuse yo porque tocó el piano y consideraba que aparecía en muchísimas películas de terror y que le iba muy bien al personaje. Fue una aventura preciosa, un recorrido muy bonito y que llegase a representar a España en los Óscar fue lo más.
Resultó una experiencia muy enriquecedora, pero el rodaje fue muy intenso. Era el debut en el cine de Juan Antonio Bayona, que ya llevaba muchos proyectos por delante: había hecho videoclips, varios cortos estupendos, era profesor en la Escuela de Cine de Barcelona. En definitiva, una persona preparadísima, que nos acompañó muy bien y que dio un pistoletazo de salida a una carrera fulgurante. Bayona es un orgullo total, eso, como si fuera mi hermano, siempre que hay algo que celebrar me manda un mensajito”.
SECUESTRO
“Es de Miguel Ángel Vivas, director de películas y series estupendas. Si no me equivoco, fue su segunda película. La primera creo que fue Reflejos, pero esta fue su gran debut. Es un ejercicio de estilo loquísimo, una película hecha en plano secuencia.
De hecho, se utiliza como película de estudio en las escuelas de cine, porque es algo inusual: no hay muchas películas en la historia del cine que se hayan hecho en plano secuencia. Si mal no recuerdo, son 11 planos secuencia, algunos de 9 minutos, y prepararla fue hacerse un máster.
Se hizo a plano secuencia diaria y recuerdo que fueron doce días de rodaje puro, en uno de los días, uno de los planos secuencia no salió, no se pudo hacer: era muy complicado y demás, por lo que, al día siguiente, tuvimos que rodar lo que nos quedó del día anterior y el que tocaba. Era muy violenta y con una tensión tremenda. Nos juntamos un equipo de imagen, sonido, actores, etc. Estábamos Ana Wagener, Manuela Vellés… actores entregadísimos. Creo que ha quedado una película bastante potente, muy bestia y absolutamente extrema”.
EL CONSEJERO
“Está la pongo, no porque yo tenga una gran presencia en la película, sino porque tengo una secuencia con Michael Fassbender, que para mí es uno de los grandes del momento, y un magnífico ser humano. Igual que Ridley Scott, el director. También fue un enorme recuerdo. Rodé en Londres, en un parque fantástico a las afueras de la capital, porque Ridley Scott medía cada detalle del rodaje, decorado, vestuario... En definitiva, toda una experiencia maravillosa”.
LA FORTALEZA
“Por mencionar una de las últimas películas que he rodado. Es una película coral, de una familia que no puede muy bonito. Tanto con la dirección como con el resto del equipo. Carla Nieto, Fernando Tejero, José Mota, Yayo Cáceres… hicimos algo muy cuidado. Además, la protagoniza uno de mis grandes hermanos: Nacho Sánchez, que es un actor extraordinario.
También los ensayos de una ambición monólogo teatral, dirigido por Javier Hernández Simón, que estrenamos en Valladolid, ciudad natal del intérprete. ‘Se trata de Los hombres los que soy’, que es una obra de un gran director, Fernando Cayo, y con la que llevo más de diez años, cuenta sobre la adaptación a escena de la mítica cinta de Fernando León de Aranoa, ‘una historia social y potente, que no ha envejecido lo más mínimo’”.
Fernando Cayo anda inmerso en La favorita 1922, una serie producida para Telecinco, “ambientada en la España de los años veinte, en un restaurante que enlaza historias amorosas con algunas de temática gangster o conspiraciones políticas. Una serie al estilo Downton Abbey, con una estética y unos decorados muy cuidados”.
Además, la protagoniza uno de mis grandes amigos, Antonio Hernández. “Se estrena el año que viene y me hace mucha ilusión. El cine siempre presente en la vida y la obra del castellano”.
