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[tab title=»POR:MARIAN PÉREZ FERNÁNDEZ»]
Corresponsal Puerto de Bilbao
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Visitamos el Ruby Princess
[icon type=»rectangle» size=»small» name=»arrow-right»]Amanece un jueves 8 de mayo y entra majestuoso al puerto de Bilbao un crucero de Princess, el Ruby.
La primera sensación, al verlo atracar en puerto, es la de envidia por los más de 3000 cruceristas que están viajando a bordo.
Qué maravilla de barco. Blanco y elegante con sus 113.000 toneladas y 19 cubiertas.
Una vez pasado el estricto control de seguridad pasamos al interior y te olvidas que estas en un barco. La decoración elegante sin demasiadas estridencias y la amable tripulación te dan la bienvenida.
El atrio es impresionante, amplio y con unas magníficas escaleras desde podemos pasar a diferentes zonas comunes como bares, salas de lectura, que por la noche se trasforman en discoteca, incluso un casino para engatusar a la diosa fortuna.
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Personalmente el teatro llamó mi atención por lo inmenso que es y por no tener ni una sola columna que pueda impedir la visión de las muchas y variadas actuaciones que allí representan.
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En la zona exterior, sin duda son las piscinas, las protagonistas, son 5, con diferentes ambientes y orientaciones. La que tiene pantalla de cine es sin duda la reina. Qué gozada estar allí en una cómoda tumbona, con una copichuela en la mano y viendo cine bajo el sol…o bajo las estrellas. Un capricho y de los buenos.
El gimnasio es amplio y con buenas máquinas, para no perder la buena forma tras el paso por los variados restaurantes. Lo más llamativo sin duda la gran luminosidad, ya que está totalmente acristalado y las vistas os podéis imaginar…
El salón de belleza y el spa hay que tenerlos en cuenta, para estar siempre dignos en los diversos eventos de los que tomaremos parte durante el viaje.
De los más de 1500 camarotes que posee el Ruby visite uno de los 900 exteriores con balcón. Dos camas simples que se convierten en una queen-sice, tv, neverita, escritorio, baño con ducha y lo que más me gustó: un ropero vestidor, no excesivamente grande, pero lo suficiente para no agobiarse con ropa y maletas en los 20 m que tendrá, balcón incluido. Me pareció coqueto y el balcón un lujo.
Queda agradecer las explicaciones que nos dio el personal del Ruby durante la visita y dar las gracias por el variado bufet que nos ofrecieron, mención especial a la limonada…
Un placer conocer por dentro y por fuera el Ruby Princess.
Si quieres saber mas de este barco, te recordamos que en el número 1 de la revista Icruceros, podras encontrar un articulo sobre él.
